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Traficadas por sexo: cómo una mujer consiguió escapar tras ser prostituida en Dinamarca

por Redacción
26-10-2021

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Cada año, miles de mujeres son traficadas a ciudades europeas y explotadas sexualmente.

Jewel, una joven nigeriana que esperaba convertirse en cuidadora, finalmente logró escapar gracias a dos encuentros casuales.

"Simplemente vi la luz. Casi siempre está oscuro de donde vengo porque no hay electricidad ... Pero todo aquí brillaba. Era muy hermoso".

Jewel, que no es su nombre real, describe así su llegada a Dinamarca.

"Le di las gracias a Dios por la oportunidad de llegar a este país. Tenía muchas ganas de empezar a trabajar".

Jewel tomó un vuelo desde Nigeria pensando que iba a trabajar con personas mayores.

"La gente que es víctima de trata pasa por Libia y normalmente toma autobuses y barcos. Pero esto estaba tan bien organizado que no era nada sospechoso", dice.

La Organización Internacional para las Migraciones estima que el 80% de las mujeres nigerianas que viajan por tierra y luego intentan cruzar el Mediterráneo son objeto de trata para el comercio sexual europeo.

Jewel sabía de mujeres que habían sufrido ese destino después de realizar la peligrosa travesía, por lo que cuando comenzó su viaje en el aeropuerto de Lagos, se sintió tranquila.

En Copenhague, la recibió una mujer nigeriana, que la llevó al día siguiente a Vesterbro, el barrio rojo de la ciudad.

"Esperaba ver algún tipo de hospital", recuerda Jewel.

Caminaron por las calles durante un tiempo, y Jewel tomó nota de su entorno, como le habían dicho que hiciera.

Entonces la mujer le lanzó una bomba.

"Ella me dijo: 'Aquí es donde vas a trabajar'. Miré a mi alrededor para ver si estaba señalando un edificio que yo no había notado. Pero no, se refería a donde habíamos estado caminando. Fue entonces cuando me dijo que iba a ser prostituta, y aquí era donde iba a estar buscando clientes. Entonces toda Dinamarca se me vino encima".

Jewel tuvo una reunión fortuita esa noche que luego sería importante: Michelle Mildwater de HopeNow, una ONG que apoya a las personas traficadas en Dinamarca, vio a la pequeña y tímida mujer de 20 y tantos años y le dio una tarjeta con un número de contacto.

La jefa nigeriana de Jewel, su "madame", le dijo que no confiara en esta mujer inglesa con una bicicleta.

Luego, rápidamente le encontró su primer cliente.

"El hombre le dio 4.000 coronas (US$620) por ir a su casa, y luego mi madame se marchó", dice Jewel.

"Estuvimos en el auto durante lo que pareció una eternidad. No hablaba el idioma en ese momento y no tenía ni idea de lo que estaba diciendo; tuvimos que usar Google Translate para comunicarnos. Daba miedo".

En los meses siguientes, el sexo no se volvió más fácil para Jewel.

"No era buena en eso. Era muy tímida. Pero siempre tenía trabajo porque los clientes habituales saben cuándo llega una nueva persona y quieren probarla".

Las cifras más recientes publicadas por la Unión Europea sobre la trata de personas reveló que entre 2017 y 2018 hubo más de 14.000 víctimas.

Sin embargo esta cifra es solo la punta del iceberg porque apenas registran los casos identificados. La mitad eran de fuera de la UE, siendo Nigeria una de las cinco principales nacionalidades.

La explotación sexual sigue siendo el principal objetivo de la trata, según la Comisión Europea, y se estima que en un solo año, los ingresos delictivos derivados de ella alcanzan la asombrosa cifra de US$16.000 millones.

A las mujeres que ganan este dinero se les dice que les deben a sus traficantes grandes sumas por viajes y alojamiento.

"Están vinculados por deudas", dice Sine Plambech, investigadora principal del Departamento de Migración del Instituto Danés de Estudios Internacionales.

"Las nigerianas son uno de los grupos de trabajadoras sexuales migrantes con mayor deuda, que podría oscilar entre 10.000 y 60.000 euros (aproximadamente US$11.600 y US$70.000). Y cuando tienes ese tipo de deuda, necesitas ganar mucho dinero rápido. Y si no tienes papeles que te permiten trabajar, la forma más rápida de ganar dinero es en la industria del sexo".

Los traficantes de Jewel le informaron que tendría que pagarles US$49.000 en cuotas regulares.

Para dejar bien claro este asunto, la convocaron a una reunión aterradora en un cementerio, el día antes de que volara desde Nigeria.

"Me vi obligada a jurar que iba a pagar el dinero sin importar nada, y que no iba a revelar quién me traficaba. Si lo hacía, me iban a pasar muchas cosas malas a mi familia y a mí".

Una vez que Jewel estuvo en Dinamarca, los traficantes amenazaron a su familia en Nigeria.

"Entraron en mi casa y querían que mi abuela me quitara de la cabeza cualquier idea de denunciarlos a la policía o de no pagar el dinero. Así que cada vez que la llamaba, ella siempre lloraba por teléfono y me recordaba que había hecho este trato con estas personas. Tenía que pagar o les pasaría algo".