Tras 20 años de guerra, el presidente estadounidense Joe Biden había fijado el 11 de septiembre como fecha límite para la retirada definitiva de los pocos soldados que quedaban sobre el terreno.
La noticia de que las tropas estadounidenses habían abandonado la base aérea de Bagram alimentó las expectativas de que la retirada se completara en unos días; sin embargo, Jen Psaki dijo que esto sucedería a finales de agosto.
Los talibanes se congratularon de la partida de las tropas extranjeras de esta base, situada 50 kilómetros al norte de la capital afgana y pilar de las operaciones estadounidenses durante todo el conflicto desde 2001.
Desde esa base se llevaban a cabo los bombardeos contra los talibanes y sus aliados de Al Qaeda, y se organizaba el abastecimiento de las tropas.
“La retirada de las tropas extranjeras de Bagram simboliza el hecho que Afganistán está solo, abandonado y obligado a defenderse solo contra el asalto de los talibanes”.
Estiman expertos.
Según informaciones de prensa, el Pentágono mantendrá cerca de 600 soldados en Afganistán para vigilar la Embajada de Estados Unidos en Kabul.