José Luis Camacho Acevedo
Nombres como Claudio X, González, Guadalupe Acosta Naranjo y otras chuchas cuereras cuya habilidad para colgarse de cualquier protesta social es reconocida por propios y extraños, desfilaron el sábado en la marcha convocada por la generación Z.
El oficialismo condenó la violencia y fue oportuno su llamado.
Dijo la presidenta Sheinabum:
“Manifestamos nuevamente la importancia de garantizar la paz en nuestro país. No estamos de acuerdo con las acciones violentas que se generaron hoy en la Ciudad de México. En esta manifestación condenamos y reprobamos la violencia. La única manera de garantizar todos los derechos es garantizando la paz. Entonces condenamos todos los actos de violencia que se dieron hoy en la ciudad”, resaltó la mandataria federal.”
Ni Acosta Naranjo, ni Claudio X, ni Emilio Álvarez saben que están jugando con fuego.
Hay gente armada en los municipios de Guanajuato (Acámbaro, Salvatierra, Jerécuaro, Coroneo) que serían afectados por el “fastuoso” proyecto del acueducto Presa Solís-León “concebido” por la novata mandataria Libia Dennise García Muñoz Ledo. En Guerrero, las manifestaciones cruentas no paran. En Uruapan tuvieron que sacar a escondidas ante amenazas a la alcaldesa interina. Sonora y Sinaloa son sendos polvorines. La CDMX cada vez más está cercada por el crimen organizado.
¡Y estos profesionaes del antigobiernismos como Acosta Naranjo, Claudio X y compañía, echando más leña al fuego para encender la protesta social!
Ese fuego de una protesta social desbordada quemaría no solo oficinas de gobierno, sino fábricas, empresas y comercios.
En las calles los marchantes pidieron la salida de la presidenta y otro tipo de burradas.
Los veteranos manipulando a los fácilmente enardecidos Z.
La verdadera batalla se dio en las redes sociales que una vez más mostraron su gran capacidad de penetración e influencia en el pensamiento de sus seguidores.
Seguramente muchos de esos seguidores digitales orgánicos solo tuvieron información de la marcha en las redes, la estadística señala que fueron millones.
Los boots, tanto del oficialismo como de los polizontes de la verdadera Generación Z, están identificados y no son parte de la contabilidad del impacto que tuvo en redes sociales la marcha.
Como bien apunta el talentoso Gustavo Rentería, la “soptcracia” tapó la verdad de la marcha.
La protesta social se puede convertir en violenta en cualquier momento. Y no serán los de la Generación Z, mismos que a estas alturas la gran mayoría de los que asistieron a la marcha están ya metidos en sus tablets, celulares o los otrosdispositivos digitales, sino los marginados de siempre.
La presidenta Sheinbaum mantiene un alto nivel de aprobación. Y apoyada en él espera la revocación de mandato, sea en la fecha que sea, en la que srá ratificada abrumadoramente.
Como dice el conocido refrán, no hay que rascarle los huevos al tigre. O despertar la furia dormida de la sociedad.
Recordemos la sabia advertencia de Srdja Popovic:
“la revolución sin que se dispare un solo tiro” ¿Podemos cambiar el mundo con las armas del humor, la obstinación, la inteligencia… y el arroz con leche? Durante las últimas décadas han surgido importantes movimientos de resistencia ciudadana inspirados en las enseñanzas de Gandhi o Martin Luther King. Los manifestantes de la plaza Tahrir, en Egipto, o los monjes budistas de Birmania muestran cómo la presión popular organizada y pacifica puede derrocar regímenes sanguinarios. ¿Pero cómo se gestan esas rebeliones? ¿Qué explica sus éxitos y sus fracasos? En este asombroso manual de autoayuda se instruye a los novicios de la sedición indicándoles las tareas esenciales: identificar objetivos realizables, unir a los insurgentes en torno a esas metas, mantener la calma o la firmeza en todas las circunstancias y, por encima de todo, buscar siempre soluciones imaginativas.”
¿Algo más?
