El jueves el desaparecido Horacio Duarte, jefe de la candidata de MORENA al gobierno del Estado de México, Delfina Gómez, le dijo a Ciro Gómez Leyva que estaba trabajando por ello el comunicador no lo encontró en los eventos de campaña de su candidata. Y apuntó el socarrón de Duarte que mantienen una ventaja en las encuestas de ¡40 PUNTOS!
La verdad nadie sabe a qué encuestas se refiere Horacio Duarte, si en la última semana no hay encuesta de las que se hayan publicado en ese periodo de tiempo y que sean del conocimiento del redactor de estas notas, en las que Delfina tenga más de un dígito sobre Alejandra del Moral.
Queda una semana para las elecciones mexiquenses. Y apenas cuatro días de campaña. En ese tiempo puede repetirse que el gran ganador de los comicios sea el abstencionismo, como ocurrió con Peña Nieto, Eruviel y Del Mazo.
O que ocurra un esperado repunte de Alejandra del Moral y la caída libre que, gracias a Horacio Duarte y sus tretas vuelva a cerrar la elección y el proceso termine por irse a los tribunales.
En el Estado de México, casi todo el tiempo oficial de campañas, Delfina Gómez se la llevó pateando un bote confiada en que la popularidad del presidente López Obrador sería su principal cobijo.
Ha sido una campaña en la que las contendientes celebraron dos debates tan insulsos, que mejor hubiera sido que nos los celebraran.
Los electores mexiquenses no han recibido de parte de las aspirantes al gobierno propuestas de políticas públicas que respondan a la compleja problemática de la entidad.
Nada claro sobre lo que harían Alejandra o Delfina en materia de Seguridad Pública; de vialidad; de suministro en el futuro inmediato de agua potable, del combate al desempleo o en salud y educación.
Nada de eso. Puras bravatas, declaraciones triunfalistas y una que otra descalificación o denuncia de corrupción. Acciones que la verdad, no impactan en el elector para decidir por quien votará el próximo domingo.
Aparentemente Delfina va adelante. Pero nunca en las cifras que proclaman quienes le manejan su campaña.
Será una elección tan cerrada que, repetimos, tal vez se decida en los tribunales.
Coahuila.
En Coahuila las tendencias están cada vez más claras.
El aliancista Manolo Jiménez, ese sí, saca una considerable ventaja en las encuestas a su más cercano rival, Armando Guadiana.
Guadiana nunca pudo superar ni la popularidad de Manolo y menos pudo construir una estructura como la que tiene el ex alcalde de Saltillo.
El coordinador de campaña de Manolo Jiménez, Óscar Pimentel, ha sido muy cuidadoso de tener listos a los representantes de Manolo en las casillas, de armar una verdadera batería de defensores del voto y, sobre todo, de cuidar a su candidato de que no caiga en provocaciones.
MORENA se dividió con la mini rebelión de Ricardo Mejía Berdeja, un residente de Acapulco que trató de hacer valer su condición de nativo de Coahuila para contender por la gubernatura.
Al no ser postulado por MORENA logró que el PT, sabrá Dios a qué precio, lo hiciera su candidato al gobierno.
Mejía nunca creció. Y en la mañanera del jueves lo remató ni más ni menos que el presidente López Obrador cuando dijo categórico:
“…yo ni te conozco”, el presidente *da manotazo en contra de Ricardo Mejía Berdeja, quien luego de perder en las encuestas de MORENA para la gubernatura de Coahuila se fue al Partido del Trabajo y ahora asegura ser el candidato que tiene el respaldo del Ejecutivo Federal, “no puedo hablar pero sí puedo asegurar que yo no tengo relación con Ricardo Mejía, aquí estaba con nosotros y se fue sin decir adiós y no quiero, creo que esto lo puedo decir sin que me vayan a afectar, que se use mi nombre porque yo no tengo relación con él, es un acto de deshonestidad que se utilice mi nombre para una campaña…”
En Coahuila los dados están echados a favor de Manolo Jiménez.
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“Monreal, operador legislativo nato; su futuro en Morena”
Ser o no ser. Ese es el dilema de Ricardo Monreal. Estar o no estar con Morena. Seguir o no seguir las instrucciones dictadas desde Palacio Nacional.
Aunque al inicio de la 64 Legislatura el riesgo de que no prosperaran las reformas constitucionales de Andrés Manuel López Obrador era real por falta de mayoría calificada en el Senado, ésta se construyó gracias a la capacidad del coordinador de la bancada del partido guinda, en caso por caso.
Pocos, como el legislador de Zacatecas, pueden presumir estos logros: aprobación casi por unanimidad en la creación de la Guardia Nacional, reformas legales “en tiempo” sobre el fuero presidencial y la Ley de Revocación de Mandato, además de ratificaciones en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Esos y muchos más son los asuntos que, el aspirante de Morena a contender por la Presidencia de la República para en 2024, ha destrabado en la Cámara de Senadores, pero que en la actualidad no le significan reconocimiento de la cuarta transformación, al grado que es considerado como un factor de ruptura y traidor.
Desde el arranque anticipado del proceso electoral presidencial, Monreal ha sido blanco de una fuerte embestida desde su partido, encabezados por oportunistas y arribistas que sólo velan por sus intereses personales.
“Hay intereses muy fuertes tratando de eliminarme a la mala, incluso se abroga el derecho a decir que me vaya sin que pueda existir un mecanismo o una razón. No es propiedad de nadie, ni de los adelantados, ni de las corruptas. El partido es de todos, lo construimos todos”, ha respondido en diversas entrevistas y foros.
POR JOSÉ LUIS CAMACHO ACEVEDO
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