Juegos para reavivar el deseo
- Ayuno sexual. Citarse para estar juntos y solos en un ambiente acogedor, pero prohibiendo el sexo. Se puede besar, acariciar, dar masajes, hacerse mimos…
- Cambiar de escenario. ¡Ya está bien de hacer el amor siempre en la cama y de noche! Hay lugares muy sugerentes: el coche, la alfombra del salón, la mesa de la cocina, la bañera llena de agua…
- Recurrir a las fantasías. Se pueden representar escenas de películas, escenificar las fantasías ocultas de cada uno, intercambiar los papeles (ella hace de hombre y él de mujer); citarse en un bar y ligar como desconocidos…
- Probar otras posturas. Si no se nos ocurre nada, en libros y revistas podemos encontrar interesantes ideas: de pie, en una silla, etc.
- Arreglarse para la ocasión. La ropa interior sugerente (tanto para ella como para él) ayuda a seducir al otro y hace sentirse sexy al que la lleva.
Tres claves para disfrutar de la vida sexual
- Tomar el sexo en serio, estar dispuestos a invertir tiempo, dinero y fantasía. Hacer el amor de pasada lo convierte en un mero desahogo o en un deber más que hay que cumplir. Los juegos sexuales para salir de la rutina son muy beneficiosos para la pareja.
- Desarrollar una cultura erótica propia, inventar rituales, crear palabras que solo entienda la pareja y construir un puente entre lo cotidiano y lo erótico.
- No descuidar la comunicación, aunque parezca que después de algunos años de convivencia todo está dicho. Las personas evolucionan, tiene nuevas experiencias y fantasías y transmitir esos cambios al otro crea una intimidad que va más allá del sexo rutinario.