Felipe León López
Durante semanas, el plan de vacunación
se ha convertido en un espectáculo para generar altas expectativas de que
pronto se recuperará la normalidad y que la población de nuestro país podrá
convivir y disfrutar de la vida como antes o mucho mejor, porque ya tienen
inmunidad ante cualquier pandemia.
Y ahí están las consecuencias: el
relajamiento social es una fiesta nacional en las calles, centros comerciales,
parques, espacios públicos y cualquier conglomerado, donde la sana distancia y
las prevenciones obligadas son cada día menos estrictas y en algunos lugares,
pese a las obligatoriedades, dejan de usar cubrebocas. Ya ni siquiera nos
importan cuántos muertos van, si son 200 mil o medio millón; se ha creado la
idea de que estamos saliendo de la pandemia cuando no es así, y de acuerdo con
especialistas de todo el mundo, se esperaría una nueva ola de contagios que
quizá sea más fuerte que las anteriores, impactando más fuerte a los países
donde la vacunación va más lenta.
La triste realidad es que vamos lentos,
primero por las grillas arriba en el gabinete, entre la Cancillería y la
Subsecretaría de Salud, en esa disputa por colgarse la medalla y traer las
vacunas se perdieron tiempo, dinero y vidas humanas. Segundo, porque sigue
ganando más la politiquería que la razón científica y la ética del servicio
público.
Millones de mexicanos mayores de 60 años
han sido vacunados, al ritmo de casi 210 mil vacunas por día, para menos de
diez millones aplicadas del 24 de diciembre del año pasado al día de hoy. Para
una investigación especializada de 'The Economist' retomado por la plataforma
Statista indica que, pese a los esfuerzos de nuestro gobierno, la vacunación
será lenta y se cubrirá al 70% de la población adulta hasta mediados de 2022.
Muchas semanas se tardó la federación
para involucrar a estados, municipios e iniciativa privada en la adquisición y
aplicación, llegando tarde y mal, pues es momento que no han logrado adquirir
alguna. Muchos vacíos para explicarnos cuál es el procedimiento para que el
Consejo Nacional de Salubridad General formalice sus sesiones y activen al
Consejo Nacional de Vacunación y los consejos estatales. Lo mismo pasa con la
compra de vacunas, dejando que las especulaciones circulen por las
inconsistencias del subsecretario de Salud responsable de su ejecución, primero
con la Sputnik y ahora con supuestas reacciones de AstraZeneca.
Por si fuera poco, se descubre una banda
de traficantes de vacunas anticovid en Campeche para llevarlas a Honduras y
después, sin más explicaciones, sus integrantes salen libres. Y más todavía, un
video escandaliza y explota en las redes sociales: una voluntaria simula vacuna
a un adulto mayor en una de las instalaciones estrella del gobierno de la
Ciudad de México: Zacatenco, lo cual magnificó aún más el impacto negativo.
Lo que parecía era un hecho aislado y
accidental, de pronto se convirtió en el detonador de denuncias de otros casos
en el país, algunos con pruebas y otros no, sino que se aprovecharon del tema
para expandir como generalizado y lucrar electoralmente con lo mismo. La
respuesta oficial fue peor: “pudo tratarse de un montaje”, “fue la CIA” y fue
un complot de parte de las “agencias del imperialismo yanqui que se prepara
para intervenir en las elecciones del 2021” para impedir que gane la 4T.
Se ha reiterado que las vacunas tienen protocolos
estrictos qué seguir, entre ellos la temperatura a la que debe estar
resguardada antes de su aplicación. Sin embargo, observamos en el espectáculo
celebrativo del arribo que llegan al aeropuerto de la Ciudad de México,
provenientes de Europa y Estados Unidos, para ser trasladadas a lugares donde
no sabemos si están en condiciones y después a los centros distribuidores de
los estados. Muchas horas de traslados y pocos controles protocolarios han
provocado reacciones en Tamaulipas y Nuevo León donde han cancelado la
aplicación de vacunas porque no estaban a la temperatura adecuada. El tema se
paró, pero no sabemos si esto sigue o si ahora sí hay control estricto de las
condiciones para que las vacunas sean aplicadas.
Son tiempos políticos, de guerra sucia y
de campañas desinformativas. “La primera víctima cuando llega la guerra es la
verdad”, frase del político estadounidense Hiram Johnson en 1917, y esto es
justo lo que está pasando alrededor de las vacunas y la promesa de que pronto
regresaremos a la vida cotidiana como antes de la enfermedad del covid19. No
hay certeza ni verdad alrededor del plan de vacunación anticovid; lo que sí hay
es un generalizado relajamiento que nos puede llevar a una nueva crisis si la
llamada “tercera ola” nos llega sin un programa de contención.
Por eso hay que tomar con pinzas y mucha
seriedad lo que este martes 6 de abril de 2021 se advirtió en la “mañanera”
sobre la lenta adquisición de más vacunas:
“Quiero hacer un comentario
introductorio muy breve” expresó Marcelo Ebrard, canciller y responsable de la
adquisición de las vacunas. “Como ya saben, los principales países productores
están entrando o ya están en fases intensivas de vacunación. Por tanto, el
grado de dificultad de acceso a las vacunas va creciendo, por lo menos hasta
que no haya una producción suficiente en el mundo”.
Sin palabras; agárrense…
Contacto: feleon_2000@yahoo.com