Hace ya más de 20 años se empezó a comercializar la famosa pastilla Viagra, aportando una solución a muchísimos casos de hombres con disfunción eréctil.
Vino a ser un recurso importante en la lucha contra los problemas y fallos en la erección. La Sexología comenzó a incorporarla como un recurso más en la terapia sexual para tratar estos problemas masculinos.
Como todo medicamento requiere un control médico para establecer su tratamiento, dosis y maneras de ser utilizada. Vivimos en una época donde las pastillas se buscan como solución rápida a los problemas y, en muchos casos, no son suficiente por sí solas para lograr una mejoría y una solución definitivas. Es muy importante estar bien informados y evitar la automedicación en cualquier caso.
Qué es la Viagra
Viagra, también llamada «la pastilla azul» por su color y comercializada por Pfizer es el sildenafilo, un fármaco cuyo principio activo regula la circulación sanguínea favoreciendo el llenado de sangre en los cuerpos cavernosos del pene.
Produce un efecto vasodilatador que facilita la erección durante una relación sexual. Es muy importante indicar que es necesario crear un clima erótico y de juego sexual para que este fármaco haga su efecto. No se trata de un afrodisíaco ni actúa tampoco sobre la libido ni en casos de bajo deseo sexual.
Esto genera muchas frustraciones debido a la expectativa falsa de lograr erecciones casi instantáneas y más duraderas de lo normal. Digamos que la viagra facilita lo que ya existe y ayuda en casos donde puede haber una insuficiencia física en la respuesta sexual masculina.
Viagra y problemas de erección
La erección es un comportamiento de tipo reflejo. Es decir, sucede sola cuando se da el estímulo sexual conveniente. Pero el cerebro puede interferirla cuando entra en miedo, ansiedad o preocupación por no lograrlo. Por tanto, siempre que un hombre sufre de un episodio de fallo en su erección se va a pre-ocupar y en la siguiente ocasión sexual estará su cerebro dividido y observando (como un espectador) lo que está sucediendo en vez de disfrutar de la relación sexual.
Los problemas de erección, los fallos en la misma y las dificultades para mantenerla son debidos, en un porcentaje alto, a problemas no médicos ni etiología o causa de tipo físico u orgánico. Por tanto tienen una causa psicológica en la mayoría de las ocasiones. En general se deben a la ansiedad por anticipación que es lo mismo que decir el miedo a que se vuelva a repetir la pérdida de erección después de haber sufrido un episodio negativo.
Es muy importante indicar que es necesario crear un clima erótico y de juego sexual para que este fármaco haga su efecto.
Cuando un encuentro sexual se convierte en una especie de examen donde se pone en cuestión la propia hombría, empezamos a tener un problema de tipo psicológico que va a interferir y hacer más difícil que la erección funcione con normalidad. Comprender este mecanismo del fallo ayudará a solucionarlo con las orientaciones de un especialista en Sexología.
Por tanto es muy importante señalar que la pastilla Viagra, u otras similares, por sí sola no van a solucionar un problema sexual en muchos casos. Son un recurso importante y un complemento a la terapia sexual dirigida por un especialista en sexología.