La vida, la salud, lo más valioso que debemos proteger. Sea en lo individual, familiar o por la tutela del Estado se encuentran día con día frente a crecientes riesgos. Con grandes esfuerzos gubernamentales y familiares estamos superando una costosa pandemia que ha dejado huérfanos y ausencia de integrantes que eran pilares del sostén de la casa. Mientras la sangrienta delincuencia, que como otra especie de enfermedad, se sigue llevando vidas con gran desilusión porque ninguna medida de detención sirve. Y por si algo faltara: los accidentes. Sin embargo, hace unos días el dantesco accidente del sábado 6en la caseta de peaje de la autopista México-Puebla de San Marcos Hixtonco, con explosión y pérdida de vida de 19 personas y tres lesionados graves, y pérdidas materiales, nos muestra la fragilidad que padecemos dentro y fuera de casa. Acudieron bomberos, la Cruz Roja y el Servicio de Urgencia del Estado de México (SUEM) a intentar ayudar a las víctimas y a sofocar el incendio. La tarde del lunes pasado, un trailer que circulaba en la carretera federal Los Reyes-Texcoco, que excedía las dimensiones reglamentarias de carga, al intentar pasar bajo un puente peatonal, lo derribó, afortunadamente afectando un vehículo y el propio transporte. ¿Y la vigilancia carretera? Ausente. El Gobierno Federal dispone en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes del Instituto Mexicano del Transporte que en su página señala que realiza “…trabajos de investigación, de innovación tecnológica, formulación de normas técnicas así como formación y actualización postprofesional para contribuir a la mejora de la seguridad, sustentabilidad y competitividad del transporte”, como se aprecia en la realidad, lamentablemente con insuficientes resultados. Es urgente que las autoridades federales y estatales del transporte y las vialidades determinen medidas radicales para, al menos, reducir los accidentes viales. Medidas tales como capacitación a propietarios y operadores de transportes, con certificación y actualización regular; circulación restringida en vías de gran afluencia vehicular de transportes de carga en horarios nocturnos, de las 22 a las 5 horas; instalación de pase electrónico en todas las casetas de peaje, para agilizar el paso y el pago; mayor vigilancia y sanciones severas por violación de las normas, tales como retiro de placas de circulación a empresas de transportes infractores recurrentes; revisión vehicular regular. Y desde luego mayor vigilancia carretera, tanto para evitar exceso de velocidad y violación de normas, como para seguridad de transportistas. Los accidentes pueden evitarse, con mayor capacitación de conductores, sanciones ejemplares, revisión regular de vehículos, y principalmente conciencia solidaria, colectiva e individual del valor de la vida. Nadie está a salvo con la fragilidad en las vías de comunicación y con la irresponsabilidad de la mayoría de los transportistas.