Juan Bustillos
Hace muy bien Luis Videgaray en ajustarse a su estrategia de
mantener la boca cerrada desde 2018, cuando Andrés Manuel López Obrador y
Morena echaron al PRI de Los Pinos, la residencia presidencial que construyeron
varios mandatarios y que quizás, después de la satanización de que la ha hecho
objeto la Cuarta Transformación, no lo volverá a ser aún y ante el improbable
caso de que el PRI gane alguna elección presidencial.
Sin embargo, dependiendo del fiscal general de la República,
el ex secretario de Hacienda y ex secretario de Relaciones Exteriores, tendrá
mucho de que hablar ante el juez que lleve las causas del ex director de Pemex,
Emilio Lozoya.
El nombre de Videgaray brinca en todo lo que se publica
sobre Lozoya, no por su condición poder tras el trono en el sexenio pasado,
sino por fungir como el más importante miembro del Consejo de Administración de
Pemex por su condición de secretario de Hacienda (aún más que el propio
presidente del organismo, el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell) y
coordinador de la campaña electoral del PRI en 2012.
En el caso electoral de Odebrecht, sólo en éste, Videgaray
no tendrá problema alguno porque los supuestos delitos referentes al pago de un
millón 600 mil dólares a consultores extranjeros, están prescritos desde que
Santiago Nieto era subprocurador Especializado de Atención Para la Atención de
Delitos Electorales (Fepade).
Ahí no tendrá problema, pero dependiendo de si Lozoya o su
intermediario pactaron con Gertz Manero poner ante el juez los supuestos
sobornos a legisladores de que hablan las columnas políticas y el posible
Criterio Determinado al que se habrá acogido el ex director de Pemex, Videgaray
deberá aclarar si fue quien ordenó pagar los votos de varios senadores y un
diputado federal para convertir en realidad la Reforma Energética.
Aún en esta parte existe la probabilidad de que los
supuestos involucrados, incluido Videgaray, solo sufran merma en su prestigio
porque el Ministerio Público de la Federación no tendría mayores pruebas,
videos, por ejemplo, de la distribución del dinero con origen en Odebrecht.
Sin embargo, en la adquisición de Agronitrogenados, su mano
aparece por todos lados, como quien ordenó a Lozoya adquirir los activos de
esta empresa, no obstante la oposición del entonces director de Pemex
fundamentada en la carencia de recursos económicos de Petróleos Mexicanos.
Videgaray y el resto de miembros del Consejo de
Administración de Pemex no tendrán mayores problemas si convencen al juez de la
conveniencia de adquirir Agronitrogenados en 475 millones de dólares e invertir
200 más en rehabilitarla, en lugar de construir una productora de fertilizantes
a partir de cero, lo que habría costado 979 millones de dólares.
Esto sin tomar en cuenta que la operación con Alonso Ancira
incluyó que la empresa productiva del Estado se hiciera de otros activos de
Agronitrogenados, como maquinaria, almacenes, bodegas, esferas de
almacenamiento, instalaciones portuarias con sus respectivas concesiones, un
muelle y una importante extensión de terreno frente al mar.
Como si fuera poco, algunas de las empresas que adquirió
Pemex en esta operación, mantenían con ésta litigios por hasta 12 mil 600
millones de dólares. Al comprarlas desaparecían, algunos ya en manos de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Del manejo de esta información ante el juez, dependerá mucho
la suerte de los involucrados.
La aparente tranquilidad de Videgaray reside en que al
parecer a la Fiscalía General de la República no les interesa la adquisición
que Pemex hizo de Fertinal, la empresa de Massimo Covarrubias endeudada hasta
el tope con Banco Azteca.
Lo más extraño es que el caso tampoco interesa al gobierno
del Presidente López Obrador, no obstante que fue en este sexenio que Pemex
denunció la posible comisión de ilícitos en la adquisición de Fertinal.
Por alguna razón, los filtradores que han hecho las delicias
de los lectores desde el arribo de Lozoya a la Ciudad de México, se han
guardado todo lo relacionado con esta operación.
De hecho, ni parece existir en el acuerdo a que llegaron las
partes negociantes para que el ex director de Pemex se allanara al juicio de
extradición y renunciara al principio de especialidad.
¿A qué obedece tanta secrecía en torno a Fertinal?
Quizás la tranquilidad de Videgaray consiste en la
prescripción del caso Odebrecht, al menos en lo electoral; la posibilidad de
probar que en la adquisición de Agronitrogenados Pemex se benefició y en la
falta de interés de exhumar Fertinal.
Pero no hay duda que Videgaray tendrá que regresar a México
a hablar ante el juez.