En un día más del Festival de Las Almas 2021, Rock y ruedas, continuaron las manifestaciones artísticas y culturales que se hicieron presentes para dar continuidad a las tradiciones, con responsabilidad y cuidando las medidas sanitarias correspondientes debido a la pandemia por COVID-19.
Esta edición XIX es una de las que más presencia literaria ha tenido y para muestra se realizó la presentación del libro “La intuición del vacío”, de Heber Quijano, poeta que con un arriesgado, crudo y doloroso tema se adentra en el género del cuento y demuestra su genio creativo.
En su obra, la fuerza de la palabra evoca momentos de la vida que ponen a prueba lo humano o inhumano de cada lector. En una catarsis que deja el escritor a merced de cada conciencia, este libro fluye en los vacíos internos.
Para alegrar la tarde el Coro Infantil de Valle de Bravo, dirigido por Lavinia Negrete, enamoró al público con sus interpretaciones de amor, esperanza y armonía. Ejemplo de ello fue una pieza escrita por el coro “Tierra tú eres, tierra yo soy”.
"Durante la pandemia todas las clases se tradujeron a lo digital y las clases de música no fueron la excepción. Comenzamos a aprender canciones en Zoom y las practicábamos de manera individual.
“Así lo hicimos durante un año y cuando finalizó el ciclo escolar nos reunimos para cantar de manera presencial, algunos nos veíamos en persona por primera vez. Una vez que sonaron los primeros acordes de la guitarra nuestras voces se adaptaron de manera inmediata y natural para cantar con la comodidad de haberlo hecho desde siempre.
“En ese momento supimos que teníamos un coro que nació en lo individual y lo digital, pero que nos une de esa manera en la que sólo la música puede hacerlo”, dijo su Directora.
Por la tarde, se presentó una leyenda musical, Francisco Barrios “El Mastuerzo”, cantautor mexicano con más de 40 años de trayectoria, conocido por su compromiso social y cultural que evidencia en sus distintos proyectos como en Botellita de Jerez.
Al lado de Calle 4, presentaron un proyecto que surge de la inquietud de grabar un álbum completo con las canciones más emblemáticas de “El Mastuerzo”, mezcladas con la influencia del son cubano y los ritmos latinos que caracterizan el trabajo de dicha agrupación musical.
Un emotivo momento fue la apertura del Mural-Ofrenda en el Jardín del corazón del pueblo vallesano, en que la artista visual Cindy creó una ofrenda para la gente pudiera plasmar el nombre de sus seres queridos que ya no están.
Para terminar el día, La Velaria se vistió de gala al recibir a la banda colombiana Wanady, del que sus integrantes dijeron que, más que un proyecto musical, surge un proyecto de vida, en el que unen tiempo, talento y pasión, con el objetivo de mezclar sonidos caribeños derivados del roots, el ska y el reggae, con ritmos clásicos como el rock y el blues.
Así, crean música que por sí sola tiene la capacidad de trascender, inspirar y crear consciencia.
Éste fue el segundo concierto que ofrecen después de la pandemia, estrenando disco y de forma presencial lo que los motivó a entregarlo todo a su público y conectar de manera natural, pues sus canciones buscan unión.
Su vocalista agradeció al público cada momento que calificó de inolvidable y refrendó su cariño por México y por este Festival que devuelve a la vida a los muertos.
Tras interpretar Dime, Lo que quiero, Déjame soñarte, Mírame, Decide, Tierra verde, Incondicional y Manifiesto, entre otras, cantaron, a petición del público, dos piezas más.