Juan Bustillos
A falta de conferencia mañanera, el Presidente López Obrador
aprovechó la aprehensión de “El Marro” para recetar al país por enésima ocasión
su compromiso de acabar con la corrupción, pero su blanco fue Felipe Calderón,
no sólo por los problemas de Genaro García Luna en la Corte de Nueva York, sino
por la parte que toca a su gobierno en las revelaciones en filtraciones
periodísticas atribuidas a Emilio Lozoya en relación al caso Odebrecht.
López Obrador no entró en detalles sólo dijo que en el
sexenio de Calderón, en el que, según sus cuentas electorales, él debió
gobernar, se entregaron contrats “muy buenos, jugosos, leoninos” a Odebrecht.
Se refirió a la planta de Etileno XXI en Coatzacolacos a la
que, explicó, Pemex vendía gas 30 por ciento por abajo de su valor, con el
agravante de que si ésta no entregaba a tiempo el combustible pagaba multas muy
altas. Subsidios, les llamó.
De igual manera, sin entrar en detalles, pero como si
conociera a fondo la carpeta de investigación que arma la Fiscalía General de
la República, mencionó sobornos a legisladores para aprobar la Reforma
Energética, sólo que, de ocurrir, fue en el sexenio de Enrique Peña Nieto
porque en tiempos de Calderón su reforma en materia energética terminó sólo en
petrolera dado que el Congreso no le obsequió todo lo que planteo.
Quizás en Nueva York García Luna recuerde que cuando cerró
las puertas de la sede alterna de El Caballito para bloquear a los perredistas
que intentaban sabotear la aprobación de la versión de la reforma energetica
calderonista, tuvo que ser rescatado en helicóptero, pues contingentes de
izquierda estaban a su espera.
No es fácil entender cómo se ligan los negocios de Odebrecht
en el gobierno de Calderón a los supuestos sobornos entregados a legisladores
en el de Peña Nieto.
La información en poder de la Fiscalía General de la
República, que al parecer conoce el presidente López Obrador, tendría que ver
con garatizar la permanencia del contrato de Etileno XXI con Pemex.
Odebrecht-Brasken habría utilizado su peculiar forma de
armar negocios entre 2010 y 2011, y los compromisos adquiridos trascendieron al
siguiente sexenio y fueron utilizados como moneda de cambio en la aprobación de
la Energética.
En total la sociedad Odebrecht-Brasken habría invertido en
senadores panistas y el comité nacional PRI cerca de 85 millones de pesos
adicionales, para asegurar la continuidad del contrato de Etileno XXI.
Todo está sujeto a ser probado, lo cual no será fácil pues
en las entregas de este dinero no se dice que existan videos, si acaso acuses
de recibo y no necesariamente firmados por los supuestos beneficiarios.
Por lo pronto, de que habrá escándalo, habrá. El Presidnete
ya dio la señal de arranque.