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Yon de Luisa se lavó las manos

por Redacción
19-07-2022

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Cambios para que todo siga igual; despidos para exhibir a unos cuantos. Yon de Luisa, principal responsable del futbol mexicano organizado, se lava las manos y rehuye a la tormenta. Acá lo importante es mantener el statu quo, los privilegios de unos cuantos, no importa que este deporte siga empantanado… Ni visos de un giro trascendental. ¡Qué ganas de tener opción de participar y cambiar todas las fichas ofrecidas en sacrificio por sólo dos: De Luisa y Gerardo Tata Martino!

Pero mejor disponerse con humor ácido para ver la recta final del último trecho de preparación del Tri hacia el Mundial de Qatar, donde tendría que ocurrir un milagro para traspasar la fase de grupos. Es tan patético el manejo que se hace del balompié, que ex directivos, técnicos y jugadores opinan off the record que esto ya amerita intervención del gobierno, de autoridades civiles, dado que se trata del deporte más popular y principal entretenimiento.

Los federativos y clubes han renunciado a su labor formativa, hacen sólo lo necesario para cubrir las apariencias, pero en realidad han cerrado los espacios a los jóvenes talentos; se van a la cómoda, importan volumen de extranjeros, no calidad, acá llegan escasos seleccionados. Paralelamente, la nota roja dice que 60 por ciento de la población carcelaria en México son narcomenudistas, los jóvenes son captados por los traficantes y muchos quedan atrapados en los vicios.

Las canchas de los barrios citadinos no existen más, desaparecieron; hoy tampoco se juega una cascarita en las calles sin estar en riesgo de ser embestido por un auto. Las escasas canchas en deportivos fueron privatizadas por escuelas, algunas son filiales de equipos de Primera División, donde niños y adolescentes, hombres y mujeres, tienen opción de practicar futbol desde temprana edad, pero es necesario pagar una inscripción y una mensualidad.

Como si ese panorama no fuera bastante adverso, ahora los federativos y dueños de equipos han trasladado la transmisión de partidos a la televisión por cable; sin embargo, no venden la temporada en paquete, como hacen algunas ligas europeas, sino la fraccionan, y el fanático queda forzado a pagar cuotas a distintos portales, lo que encarece y deja inaccesible el espectáculo para la gran mayoría… Tampoco se pierden de mucho, el nivel es bajo.

Los directivos se ocupan de aspectos intrascendentes, de esos que no perturban a los dueños. Se vanaglorian de trabajar para que se disputen más minutos en efectivo, de dar agilidad al juego, y hacen alharaca diciendo que hay más goles en tal o cual jornada ¡embustes!, porque es una variable que se puede manipular, basta con que pidan a los árbitros decretar expulsión o penal a la mínima sospecha, incluso sobre el VAR.