La candidata morenista, Claudia Sheinbaum se encuentra en el peor de los escenarios: envuelta en un remolino de confusiones, traiciones, liderazgos e inconfesables acuerdos que no se cumplen.
Maniatada por su líder, está obligada a respaldar sus ocurrencias y repetir su discurso y arengas proselitistas en los spots de su campaña y a comprometerse con la idea del “segundo piso de la 4T”, que no es otra cosa más que la continuidad del fracaso.
Por otro lado, pareciera estar consciente de que las políticas de la 4T, no han funcionado y por ello, su equipo de campaña se la pasa de reunión en reunión tratando de mostrar otra cara y de proponer cosas muy distintas, aunque representen una ruptura y confrontación con el inquilino de palacio.
La otra cara de Sheinbaum
En su equipo de campaña hay personajes de primera como el Dr. Juan Ramón de la Fuente quien ha destacado lo impensable para AMLO: el respeto a la pluralidad y el libre pensamiento. Para el ex rector de la UNAM los Diálogos por la Transformación buscan la participación de diversos sectores sociales con voces plurales y diversas y no la regresión. Esto último se puede interpretar como un mensaje dirigido a AMLO, quien solo busca la regresión a las épocas del partido hegemónico y el poder absoluto, pero De la Fuente insiste en el concepto del “cambio” y en asegurar que estos diálogos son el escenario propicio para analizar los logros y desafíos del actual proceso de cambio de México. No habla de consolidar la 4T, ni las locuras de AMLO, sino de que a México le urge un cambio.
Otro ejemplo, para la elaboración de su programa de gobierno, Claudia incorporó a David Kershenobich, un médico especialista en patología e investigador que dirigió el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición, Salvador Zubirán, uno de los pocos hospitales que no ha colapsado y que sí trabajó realmente en la pandemia, contradiciendo las posiciones de Gatell y AMLO. Kershenobich ha reconocido el fracaso de la política de salud y la necesidad de un cambio radical.
Para el sector educativo también pareciera que la idea de Claudia nada tiene que ver con la de Max Arriaga, el profe de Beatriz Gutiérrez e inquisidor de los Libros de Texto Gratuitos. La propuesta de su equipo es totalmente distinta a la de la 4T, como diría Juan Ramón de la Fuente, se promueve un brutal cambio.
Para el tema de la energía, Claudia nombró al Dr. Jorge Islas quien tiene una línea de investigación totalmente contraria a la de AMLO y Bartlett. Como académico prospecta las energías renovables, la mitigación del cambio climático y la sustentabilidad de la bioenergía. Islas participó en los foros y debates sobre la Reforma Energética de Peña Nieto con un texto titulado: “Energía, Sustentabilidad y Reforma Energética Integral” que hoy toma vigencia, donde, en pocas palabras, habla de la necesidad de las energías renovables y la innovación, de dejar el combustóleo y el carbón para pasar a nuevas fuentes que coadyuven a detener el cambio climático, asuntos que no están en el panorama del “segundo piso” de AMLO.
¿La limpia?
Cabe destacar que, aunque al parecer Claudia se ha sacudido a personajes de muy malas entrañas de la 4T, públicamente continúa apoyando las locuras de AMLO como el paquete de reformas que enviará al Congreso, que, de aprobarse, impedirían que las propuestas del equipo de Claudia prosperaran.
En otras palabras, la gente de Claudia que participa en los Diálogos para la Transformación está retomando lo que estaba bien hecho y que AMLO destruyó, e incluso, impulsa políticas públicas creíbles, necesarias y factibles que abandera la oposición.
Acuerdos y compromisos
Sin embargo, los arreglos políticos con AMLO y su obsesivo control persisten. Si nos espantamos de los acuerdos revelados por Marko Cortés, los que hizo AMLO son inadmisibles en cualquier democracia.
Hay que recordar que, para no dejar fuera del proyecto a sus corcholatas, AMLO habría ordenado a Morena que se dieran cargos a los perdedores, entre ellos, las coordinaciones del poder legislativo y para el segundo lugar, un puesto en el gabinete.
Esto no pasó, como buen tirano, AMLO ya definió la lista de personajes que irán al Senado y por lo que se ve, muy pocos son de la corriente de Claudia, nada para Marcelo y, para Adán Augusto, un cargo para su hermana en Tabasco. Con esto lo que se podría esperar, es que ninguno de los encargados de los Diálogos quede al frente de alguna dependencia y los que queden serán impuestos por el actual inquilino de palacio.
Al final, Claudia carga con el fracaso del actual gobierno y confronta a los dolidos de la 4T, de Morena y de sus aliados del PT y PVEM que se han visto desplazados y de cierta forma, al propio AMLO y, lo peor, a un frente opositor que muestra mucha fuerza y reales posibilidades de triunfo.
Y ante todo esto, Claudia se contradice y se paraliza, ni picha ni cacha y calla como momia. ¿Engaña o es un cambió al rumbo correcto?