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Almudena Sánchez : "Mi miedo más terrorífico no es la muerte siquiera, es volver a tener depresión, me aterroriza cada mañana"

por Redacción
05-11-2021

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"La depresión te sonambuliza, te mata. Es un estado de pánico constante. Te ha salido una enemiga inesperada que no se va, no se va, no se larga ni se pronuncia: dadme todos los fármacos del planeta. Solo hay dos opciones a la hora de tapar una depresión, dos descansos auténticos: dormir y morir."

Así describe la escritora española Almudena Sánchez (Mallorca, 1985) la enfermedad que la tumbó por tres años y que registró en su último libro Fármaco.

En sus páginas desnuda la depresión, la suya propia, para intentar explicarse a sí misma y también al mundo lo que estaba viviendo.

Sánchez, que fue incluida hace dos años entre los diez mejores escritores treintañeros de España por la AECID, compartirá su experiencia en los diálogos de HAY Arequipa, que se realizan este semana.

"La inminencia de una depresión no se presiente. Comienza desde la frente hasta las rodillas. Es la enfermedad más grande, invisible, inesperada, destructiva, egoísta, insana, paranoica, desaliñada, mugrienta y tendenciosa que he tenido. La frase que más he oído es: Almudena, tú eres fuerte."

Se suele decir sin maldad, pero no se entiende que la otra persona no puede hacer las cosas que quieres que haga.

Es como si tuviera una pierna rota y le dijeras que corra una maratón. Con la depresión pasa igual, aunque sea una enfermedad más abstracta y difícil de comprender, la persona tampoco puede hacerlo.

Yo quería expresar ese sentimiento de incomprensión, porque lo que me obsesionó fue sufrirla sin tener herramientas, sin saber qué me estaba pasando por el cuerpo.

"No sé en qué parte de mi cuerpo está la herida. Me estiro o me rompo el codo, me estremezco, me estrangulo. No sé en qué parte de mi cuerpo está la herida"... ¿Cómo se te manifiesta físicamente la depresión?

Yo sentía náuseas desde que me levantaba por la mañana hasta la noche. Una calle que recorría en cinco minutos, tardaba media hora en caminarla, porque el cuerpo no me funcionaba.

Es como si estuviera, con todas las diferencias y el respeto, inválida. No me levantaba para ir al baño porque no podía. Estás inservible y cuesta entenderlo.

¿Cómo fue el proceso de escribir con depresión?

Empecé muy despacio, a mano en un cuadernito, ni siquiera creía en poder ser escritora, porque en ese momento solo quieres desaparecer del mundo, morirte básicamente, dicho en las palabras en que hay que decirlo.

Y me costó mucho creer en el libro, en el tema, trasladarlo a la literatura. Es además un tema que está muy banalizado con la autoayuda.

Entonces parto del extrañamiento e intento indagar en la tristeza, en el misterio de la mente y lo incomprensible de la condición humana, en las cosas que nos pasan.

Y en esta revisión de tus vivencias, ¿cuáles fueron los dolores que encontraste?

La depresión es un diálogo con la muerte, dejas de dialogar con la vida, ya no quieres salir al mundo, no quieres viajar, ni tomarte una cerveza con tus amigos, nada, solo quieres estar en el sofá y piensas en formas de morir. Y estando tan cerca de la muerte -nunca había estado tan cerca-, me vinieron muchos recuerdos.