El nivel de exigencia sobre el piloto mexicano Sergio 'Checo' Pérez cada vez es mayor, algo lógico y justificado por el respaldo que tiene en la Fórmula 1 con Red Bull, por el monoplaza RB16B, el talento que tiene y la inevitable comparación con su coequipero.
El cuarto lugar que obtuvo en el Gran Premio de Estiria en el Red Bull Ring no dejó a nadie contento, pero si se consideran las circunstancias, un "mal día" como este es el "ideal" si se puede escoger una forma de no cumplir los objetivos.
Sumó 12 puntos por 15 de su referente directo en la lucha por el campeonato de constructores, el finlandés Valtteri Bottas, de Mercedes. Además que se separó dos unidades de Lando Norris, quien está en el cuarto escalón del campeonato de pilotos. Ahora está 10 puntos arriba del piloto de McLaren y 22 del corredor de Mercedes. El "daño" por no subir al podio es mínimo.
Pérez volvió a padecer en la calificación y puso el quinto mejor tiempo en la Q3. Eso no es ni cerca lo que Sergio espera de sí mismo. Siempre que su coequiero, el mercurial Max Verstappen se agencie la pole position es un signo de que el auto puede ir más rápido y que él debería poder hacer algo muy parecido. Luego que Bottas haya sido el segundo (aunque por el castigo de derrapar en pits largó quinto), Hamilton tercero y Norris cuarto, no es el panorama que esperaba el mexicano que cumple su undécima temporada en la Fórmula 1.
No hay autocomplacencia. No está en Red Bull para ser la comparsa perfecta. Checo quiere competir, pelear lo más adelante posible y estar en la ecuación de posibles ganadores de cada Gran Premio desde la largada. Esa es su primera "área de oportunidad" dirían lo pomposos gerentes actuales, para no decirte "en esto fallas".
Checo lo sabe, también entiende que largar cuarto implica pelear posición con un McLaren que no debería estar delante suyo y que le costó 10 vueltas pasar, que lo hizo entrar a pits con Bottas muy cerca. Luego el error en fosos podía pasar y pasó.
Las conjeturas sobre un grupo de mecánicos inferior para Pérez por parte de Red Bull no tienen base alguna. El automovilismo es el deporte donde sólo uno lleva el volante, pero donde lo más importante es tener un buen equipo. Los errores pasan como las piezas se rompen. Si no te ha pasado te va a pasar, nadie se salva. Se gana y se pierde en equipo.
Del error se produjo un "undercut" o un rebase de Bottas gracias a una buena parada combinada con la muy larga de Pérez. Ahí, cambió todo. Red Bull apostó por una segunda detención en fosos para el jalisciense que ahora tenía 16 vueltas para bajar 21 segundos de diferencia con el finés. Casi lo consigue, pero se quedó corto.
Sergio habría querido que su pequeño primogénito Chequito y su esposa Carola, presentes en la pista, lo vieran el podio, pero no se pudo esta vez, aún así, fue el mejor de los malos días para un piloto en su lugar.