Es ya una costumbre que el partido gobernante cuando obtiene un triunfo consecutivo recupere a varios de los que fueron miembros del gabinete anterior para que formen parte de la nueva administración.
Se dicen priistas, pero estuvieron coqueteando con otros partidos, aseguran que luchan por la democracia del tricolor y exigen la renuncia del dirigente nacional Alejandro Moreno Cárdenas.
Conforme van anunciando las piezas que conformarán el primer gabinete de la primera Presidenta de México surgen dudas sobre la orientación de los integrantes.
El suspenso se mantiene en torno al total de los nombres del gabinete que habrá de gobernar con la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo. Ayer seis nombres más fueron deslizados, algunos, los menos, sorpresivos.
Los primeros años de la dominación priista fueron décadas de tranquilidad en el país, salvo algunas situaciones anómalas como la matanza de Tlatelolco en 1968 y la sucedida años antes (1962) con el asesinato de Rubén Jaramillo.
Inmerso en una disputa interna que puede traer graves consecuencias al panismo y con un dirigente nacional (Marko Cortés) que es señalado por todos como principal responsable del fracaso en las urnas, el panismo elegirá su nuevo dirigente en octubre próximo.
