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Catón y el secreto del éxito de su gobernador. Y para el NYT: si eres mexicano, eres culpable

por Federico Arreola
05-01-2025

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 Catón y el secreto del éxito de su gobernador. Y para el NYT: si eres mexicano, eres culpable

Armando Catón Fuentes Aguirre cuenta chistes en muchos diarios mexicanos, particularmente en los del Grupo Reforma. Él es un hombre inteligente e informado que ha realizado importantes contribuciones a nuestra cultura. Por ejemplo, es suya la letra de la canción La Casita, en la que Óscar Chávez retrató con ironía el enriquecimiento ilícito de la clase política mexicana. Cito enseguida lo que contó el propio Catón acerca de eso.

En 1967, en su columna periodística —supongo que publicada en algún diario de Saltillo y en El Porvenir, de Monterrey— Armando publicó tal parodia y anotó que los versos debían cantarse con la música de La casita de Felipe Llera. Esto difundió Catón hace tantos años:

“¿Que de dónde amigo vengo? De una casita que tengo por allá en el Pedregal. De una casita chiquita, con frontones, alberquita y calefacción central. Ver un garage tú puedes donde caben tres Mercedes, cuatro Mustangs y un Jaguar, y en el piso que está encima hay gimnasio, ring, esgrima y un salón para bailar. Me dirás muy asombrado que de dónde habré sacado coches, dinero y mansión. A las claras te lo dice este letrero que hice: ‘¡Viva la Revolución!’. Si tú quieres al momento, casa, vestido y sustento y una vida cual no hay dos, ya no seas reaccionario: hazte robolucionario y que te bendiga Dios”.

Días después, Catón recibió en su casa de Saltillo una llamada de Óscar Chávez. Este simple y sencillamente le pedía permiso para grabar la parodia dándole el crédito correspondiente: “Grabó la canción, y fue un exitazo, uno de los primeros grandes hits —así se dice— de la canción de protesta en México”.

Es importante subrayar que el domicilio de Catón estaba en ese tiempo en Saltillo y en esa ciudad sigue. Armando es el cronista de la capital de Coahuila. Ayer, él elogió algunas bellezas saltillenses: “La Catedral… La Alameda… El Ateneo Fuente gloriosísimo… La Escuela Normal… El Ojo de Agua”.

Armando nació en Saltillo y “en ningún otro lado quisiera haber nacido”. Está orgulloso de que su ciudad sea “la capital de estado más segura del país, la más competitiva de México y una de las cinco ciudades con mejor calidad de vida para sus habitantes”.

Saltillo, dice Catón, es una ciudad muy bien gobernada, ahora por el alcalde Javier Díaz González y hasta hace poco tiempo por José María Fraustro Siller, pero sobre todo por el actual gobernador de Coahuila, Manolo Jiménez Salinas.

Que Jiménez es muy buen gobernador lo confirma la encuesta de Reforma, “según la cual el 80 por ciento de los coahuilenses califican de muy buena la labor del joven gobernante”. Catón menciona una de las virtudes —solo una destaca, entonces cabe pensar que sea la más importante— del mandatario coahuilense: “Establecer una excelente relación institucional y personal con la presidenta Sheinbaum, de lo cual derivarán muy buenos frutos para la entidad”.

 El pasado 17 de diciembre analicé, estado por estado, los datos del tracking diario ClaudiaMetrics, en el que la aprobación de la presidenta es altísima: “La segunda entidad con su mayor aprobación es la priista Coahuila (88.3%). Solo en la morenista Quintana Roo tiene la presidenta mejores números (88.9%)”.

Está claro que Manolo Jiménez es un político inteligente que sabe lo que debe hacerse. Lástima grande que milite en el peor partido político. Quizá, para construir un futuro brillante, debería ir pensando en dejar el PRI para asociarse a expriistas destacados como Manlio Fabio Beltrones y Aurelio Nuño. La refundación de la oposición en México necesariamente pasa por la etapa de tirar a la basura a los partidos políticos tradicionales, totalmente echados a perder, como el PRI y el PAN.


NYT: Si eres mexicano, eres culpable

A propósito de Beltrones y del New York Times recibí una columna, que he publicado en SDPNoticias, del periodista estadounidense Keith Rosenblum, quien tiene 40 años de experiencia en el oficio y ha sido reportero del Arizona Republic, The Arizona Daily Star y es director de comunicaciones del congresista federal, James T. Kolb.

A propósito del escándalo sobre las imposibles cocinas de fentanilo difundidas por el NYT, Keith Rosenblum cuenta lo que paso en 1997: una calumnia contra Beltrones en el New York Times. Analizó aquel reportaje párrafo por párrafo y llegó a la conclusión de que no había acusador ni había delito, pero para el diario neoyorkino Manlio era culpable. Rosenblum publicó un libro sobre eso, No Accuser, No Crime, But You’re Guilty.

El periodista Rosenblum se pregunta cómo, sin ningún fundamento, pudo publicarse una historia tan condenatoria. Responde: “Acusaciones tan serias contra un gobernador en funciones nunca ocurrirían en Estados Unidos a menos que los reporteros pudieran corroborarlas. Pero, como aprendió este reportero, existe un estándar más laxo e irresponsable cuando se trata de extranjeros. Para el NYT, casi por definición, los políticos mexicanos son culpables de algo. Es, simplemente, implícito”.


Tales calumnias ya las sufrió el expresidente López Obrador. Debemos combatirlas. Como pide Keith Rosenblum, mexicanos y mexicanas estamos obligados a seguir “exigiendo cuentas a los medios estadounidenses, sean de Tucson o de Nueva York. Nos hacen a todos un favor honorable y vital”.