"La mayor amenaza para Estados Unidos es el propio EE.UU.".
Esta es una de las principales conclusiones del gobierno de China ante el anuncio del multimillonario plan de inversión de Estados Unidos para impulsar su investigación y desarrollo tecnológico y hacer frente a la competencia del gigante asiático.
La propuesta, aprobada por el Senado estadounidense pero pendiente de pasar por la Cámara de Representantes para poder convertirse en ley, supone un inusual punto de encuentro entre demócratas y republicanos.
Expertos dicen que esto refleja cómo los dos partidos políticos están unidos en la necesidad de contrarrestar las ambiciones económicas y militares chinas.
Los partidarios del proyecto dicen que el paquete que inyectará US$250.000 millones en el sector tecnológico es la mayor inversión en investigación científica que el país ha visto en décadas.
"Creo que esta legislación le permitirá a Estados Unidos superar al mundo en innovación, producción y competencia en las tecnologías del futuro", señaló en la Cámara Alta el líder de la mayoría demócrata y coautor del proyecto, Chuck Schumer.
Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, celebró la aprobación del proyecto en el Senado y pidió a la Cámara Baja que haga lo propio.
"Estamos en una carrera por ganar el siglo XXI y el pistoletazo de salida ya sonó. Mientras otros países siguen invirtiendo en su propia investigación y desarrollo, no podemos arriesgarnos a quedar atrás", afirmó.
En los últimos años, la dependencia global y de EE.UU. hacia China para la compra de semiconductores ha crecido exponencialmente.
Además, incluye una serie de provisiones específicas de China, como la prohibición de descargar la app TikTok en dispositivos gubernamentales o la aprobación de nuevas sanciones contra Pekín por abusos contra los derechos humanos.
La legislación destina US$300 millones a contrarrestar la influencia política del Partido Comunista chino y bloquea la compra de drones fabricados y vendidos por empresas estatales chinas.
Organizaciones chinas que participen en ciberataques o robo de propiedad intelectual en EE.UU. se enfrentarán también a sanciones una vez que la ley entre en vigor.