Argentina y Brasil se enfrentarán este sábado, a partir de las 21:00 en Río de Janeiro, por la final de la Copa América en una nueva edición del clásico de Sudamérica. En el pasado reciente, la historia es favorable para el local, que de los últimos cinco duelos entre ambos, se impuso en tres ocasiones.
El 2 de julio de 2019 en Belo Horizonte, la Verdeamarela con Neymar, pero comandada por Dani Alves pegó dos veces en los momentos justos, y con goles de Gabriel Jesús y Firmino venció 2-0 en la semifinal de la Copa América y cortó la racha de Argentina, que había disputado las definiciones anteriores en 2015 y 2016.
Tras el fracaso en el Mundial de Rusia y la salida de Sampaoli, Lionel Scaloni se hizo cargo de la Selección. Bajo el mando del nuevo DT la Argentina llegaba invicta al amistoso en Arabia Saudita, jugado en octubre de 2018. Antes, había derrotado a Guatemala (3-0) e Irak (4-0), y había empatado con Colombia (0-0). Pero Brasil se impuso por 1-0 sobre la hora con gol de Miranda. Además, la albiceleste también sufrió en ese match el primer gol en contra en la era del nuevo entrenador.
Luego de muchas idas y vueltas, el ciclo de Jorge Sampaoli comenzó a dar los primeros pasos. Y el debut fue a pura alegría. El partido, jugado el 9 de junio de 2017, se disputó en Melbourne, en la previa a un choque por las Eliminatorias Sudamericanas. No fue un gran partido de la albiceleste, que hizo un buen primer tiempo y una floja segunda mitad, pero el resultado sirvió para comenzar de manera exitosa un proceso que luego estuvo lejos de lo esperado.
El 10 de noviembre de 2016, la selección argentina que en ese entonces dirigía el Patón Bauza visitó el Mineirao, el mismo estadio donde se jugará la semifinal de la presente Copa América, y donde Brasil, en el Mundial que organizó en 2014, fue goleado 7 a 1 por Alemania. La albiceleste llegaba en crisis y con un entrenador que no logró meterse de lleno en el plantel, y se dio un resultado que no sorprendió: cayó 3 a 0, con goles de Coutinho, Neymar y Paulino. Brasil, de la mano de Tité, llegó a Rusia sin despeinarse; Argentina se clasificó en la última fecha.