La pandemia del COVID-19 ha afectado severamente a las personas no solo a las que han contraído el virus, sino que también durante la emergencia sanitaria se ha registrado un incremento en los niveles de ansiedad e incluso ha empeorado las condiciones de quien ya lo padecía.
Aunque también muchas personas que nunca habían experimentado esta sensación han comenzado a sentirse abrumadas por emociones despertadas que desconocen y que fueron detonadas durante el confinamiento.
La ansiedad es una respuesta del organismo relacionada con estrés o acontecimientos traumáticos y se caracteriza por una sensación de angustia leve o miedo, la aparición de un aceleramiento cardíaco y en la respiración, también se presenta una sudoración o sensación de flojedad.
Y aunque es normal, hay ocasiones que se presenta una crisis de ansiedad, que no resulta en un hecho grave para la salud, pero puede generar una situación de pánico que es similar a los síntomas de un infarto.
Es por ello que a continuación te presentamos los síntomas que se pueden presentar para que sepas detectar una crisis de ansiedad, aunque toma en cuenta que estos pueden variar en cada persona.
- Palpitaciones o elevación de la frecuencia cardíaca.
- Aumento de la temperatura corporal.
- Sudoración.
- Opresión en el pecho.
- Miedo o pánico.
- Escalofríos.
- Náuseas o molestias abdominales.
- Sensación de irrealidad.
- Sensación de ahogo.
- Sensación de entumecimiento u hormigueo.
- Temor a morir, a perder el control o el conocimiento.
Para considerarse como un ataque de crisis se deben padecer al menos cuatro síntomas de los antes mencionados, los cuales pueden presentarse por al menos 10 minutos.
¿Qué hacer si me da un ataque de crisis de ansiedad?
Lo primero que debe hacer una persona es tratar de mantener la calma, por lo que no debe dejarse llevar por el miedo y tratar de normalizar la respiración inhalando y exhalando, al mismo tiempo deberá tomar el pulso para comprobar que el ritmo cardíaco va regresando a la normalidad.
En caso de estar acompañado, la otra persona puede mantener una conversación activa y ayudarle a entender a quien resultó afectado que nada de lo que le está ocurriendo puede causarle daño.
Tras ello, la persona deberá consultar a un médico para tratar de identificar qué ha motivado la crisis de ansiedad. En caso de resultar un trastorno psicológico podrá tratarse con fármacos y/o terapia psicológica, pero si es de estrés solo será necesario adquirir hábitos saludables que ayuden a prevenir dichos episodios.