En la víspera de las elecciones presidenciales de 2012, el entrañable novelista e intelectual, Carlos Fuentes, dijo: “México no merece ser gobernado por un ignorante”.
El autor de La Región más Transparente, obra monumental en la literatura mexicana, se refería a la ignorancia exhibida por el entonces candidato a la presidencia por el PRI, Enrique Peña Nieto.
El priísta andaba en campaña por el estado de Jalisco y pensó que podía ir a pasear a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, pues ahí había tantos libros como periodistas dispuestos a entrevistarlo.
La rueda de prensa pasó a la historia y si uno la googlea, puede recuperar el momento para divertirse con los dislates del copetudo candidato.
Fue incapaz de citar los títulos y autores de tres libros, confundió (lo cual es ofensivo e imperdonable) a Carlos Fuentes con Enrique Krauze (eso si duele), resultó lector de uno que otro best seller, aunque fue incapaz de recordar el título o autor, pese a su preclara falsedad, juraba una y otra vez que sí los había leído.
Y eso no fue todo: dijo que por supuesto, había leído varias veces la Biblia, aunque no completa, admitió.
Peña Nieto que meses después sería electo presidente (gracias a un fraude que dicen que se cometió pero que otros dicen que no fue cierto) dio inicio a un sexenio cuya historia de corrupción, frivolidades y excesos la conocemos.
Bueno, antes de eso, Carlos Fuentes lo advirtió con claridad: “México no merece ser gobernado por un ignorante”.
San Luis Potosí tendrá nuevo gobernador, de su perfil cultural e intelectual poco se sabe, es un misterio su bagaje en el tema. ¿Tiene el hábito de la lectura?, ¿Quiénes son sus autores preferidos?, ¿Qué libro ha sido fundamental en su vida?, ¿Hay biblioteca en su residencia?, ¿Gusta de la narrativa o de la poesía, del cuento o la novela negra, del ensayo histórico o de la ciencia ficción?
Pero con independencia del perfil cultural, es mucho más importante el historial como servidor público. Ese es el que hay que tomar en cuenta.
Dice un culto abogado que lo que interesa a la vida de un estado, es gobernantes limpios, gobernantes preparados, cultos, serios, entregados. Lo que importa al estado, es el respeto del gobernante; gobernar no es repartir cosas, regalar cosas.
Digamos que es lo mismo que Carlos Fuentes dijo de Peña.
