Era 11  de noviembre de 2013, en una entrevista con el prestigiado medio Dossier Político de Oscar Castro, vaticiné el triunfo de Claudia Pavlovich, sus escenarios eran reducidos a su aspiración en ese momento, Ernesto Gándara era el predilecto por el Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Transcurrió el tiempo y Claudia Pavlovich logró ser candidata a la gubernatura de Sonora, en ese momento presencié encuestas en las que la situaron en 8% previamente contra un 42% de Javier Gándara, aspirante del Partido Acción Nacional (PAN).

El proceso electoral tomó su curso y Claudia Pavlovich triunfó con un 7% de diferencia, la primera mujer en ser gobernante de Sonora, su madre primera senadora en este país con un gran anhelo de haber consolidado ese proyecto, cerca lo estuvo.

Claudia Pavlovich nunca pudo ser gobernadora sin el apoyo de un grupo de poder (Hermosillo), liderado por Manlio Fabio Beltrones y en lo empresarial en la voz de Ricardo Mazón.

Como consultor y estratega político tengo que reconocer la astucia de Manlio Fabio Beltrones en 1997, cubrió de amarillo o del Partido de la Revolución Democrática (PRD) todo el sur de la entidad para dar un resultado positivo en las elecciones a Armando López Nogales del PRI.

Manlio Fabio Beltrones siendo Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados en la LIX Legisaltura, constató el proceso de desafuero contra Andrés Manuel López Obrador (AMLO), pero no lo permitió.

Posteriormente en 2016, renunció a la dirigencia del PRI ante una derrota manipulada y orquestada por el grupo compacto de Enrique Peña Nieto para no permitir convertirse en el candidato natural de ese partido, le jugaron adversamente.

No pasaron días, cuando trascendió la declaración de Manlio Fabio Beltrones «el PRI está obligado a desdoblarse a la izquierda», refiriéndose a las elecciones presidenciales de 2018, su mensaje había sido claro y contundente, había edificado una alianza silenciosa y plena con AMLO.

En 2018, Sonora fue una réplica del sismo político y los resultados fueron visibles a favor de la Coalición «Juntos Haremos Historia» (MORENA-PT-PES): 20 de 21 distritos locales; los 6 municipios mayores a 100 mil habitantes (Hermosillo, San Luis Río Colorado, Nogales, Guaymas, Cajeme y Navojoa); 7 de 7 diputaciones federales; y la fórmula al senado.

A partir de ese momento, el acuerdo AMLO-Beltrones era sólido y el 2021 estaba en reciprocidad a favor del último. 

Hoy, ese pacto continúa vigente cuando no hay inversión pública en Sonora por el gobierno federal y sólo existe la esperanza de Morena para ganar por un referéndum de AMLO, considerando los gobiernos locales de esa coalición están evaluados con un pésimo desempeño.

Por otra parte, el principal aspirante Alfonso Durazo fue invitado a la Secretaría de Seguridad Pública Federal, un cargo de alto desgaste natural, mientras AMLO pudo optar por mantenerlo como senador electo para impulsarlo como gobernador de manera más óptima.

A pesar de ello, no se puede descartar el escenario donde Claudia Pavlovich negocie la entrega de la gubernatura a Alfonso Durazo, lo cual se traduciría en una INGRATITUD TOTAL.

En ese sentido, no podemos hacer a un lado la incursión de Pedro Ángel Contreras para legitimar al único contendiente de perfil competitivo para triunfar en la gubernatura por el PRI,  me refiero a Ernesto Gándara.

Además, es imposible omitir la impunidad confabulada para salvar a la Alcaldesa de Navojoa de la Coalición «Juntos Haremos Historia» (MORENA-PT-PES) de un juicio político en el Congreso Local, incluso donde la Fiscalía Anticorrupción (FAS)  y el Instituto Superior de Auditoría y Fiscalización (ISAF) de Sonora nunca actuaron ante las denuncias ciudadanas en un periodo de dos años.

En política, AMLO y Beltrones pueden estar de acuerdo, pero sus pupilos traicionarlos.

Efraín Martínez Figueroa, Consultor y Estratega Político