Sin sorpresas y cumpliendo con las previsiones de los analistas económicos, la inflación general en Estados Unidos siguió desacelerándose, por octavo mes consecutivo, al ubicarse en 6.0 por ciento interanual en febrero, cuatro décimas por debajo de la que se reportó en enero, revelaron datos de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS, en inglés).

En medio del dato macroeconómico, la crisis bancaria no se va de la mente de los agentes económicos; no obstante, los mercados activan su rebote, y el freno en el dato de inflación de Estados Unidos añade unas dosis extra de confianza a los mercados de cara a las próximas reuniones de los bancos centrales.

El índice de la vivienda fue el que más contribuyó al dato de inflación estadunidense, al representar más de 70 por ciento del aumento.

Al contrario de lo habitual en los últimos meses, el dato de inflación se ajustó a lo esperado. Las cifras han confirmado una 'desinflación' más tenue en el índice subyacente, al pasar de 5.5 a 5.4 por ciento.

Mientras que la inflación mensual subyacente fue de 0.5 por ciento, mayor a la de 0.4 por ciento de enero y que la esperada (0.4 por ciento).

Ante este escenario, el peso mexicano inicia la sesión americana con una apreciación de 1.32 por ciento, equivalente a 25 centavos, para cotizar en alrededor de 18.6529 unidades por dólar. La apreciación del peso se debe a una corrección a las pérdidas observadas en sesiones previas. Esta mañana se observa una recuperación del apetito por riesgo, ante la percepción de que no se está desarrollando una crisis financiera en Estados Unidos tras la caída de Silicon Valley Bank la semana pasada, explicó Gabriela Siller, directora de análisis económico de Banco Base.