Nada es fácil, todavía menos el éxito que resulta de la disciplina, la persistencia, el apego al método y el arrojo. Uno de los profesionales más exitosos en el periodismo es Ciro Gómez Leyva.
Reúne todo eso y más, un singular sentido de integridad y honestidad intelectual; no es un periodista que opere en su área de comodidad.
Ante un entorno de presión por el presidente López Obrador hacia los periodistas con más auditorio, Ciro resolvió invitar como colaborador permanente en su programa radiofónico a un exponente de la postura del gobierno y del mismo Presidente.
Aceptó el comunicador y productor Epigmenio Ibarra, muy próximo en el afecto, confianza y afinidad presidencial.
Difícil circunstancia para ambos por el antecedente de público desencuentro entre ellos. Habla bien de ambos la aceptación y la convergencia. Una lección de civilidad, impensable en estos tiempos de intolerancia y polarización.
Una de las insuficiencias de la vida nacional es la ausencia de un debate público de los temas fundamentales.
Un espacio de encuentro entre diferentes perspectivas y modos de pensar es un sano precedente. No se trata de acuerdos o coincidencias, sino de algo más que eso, que no se estigmatice la diferencia o el desencuentro, esto es, una manera de frenar al presidente López Obrador por su trato a quien disiente de él.
El primer programa ha salido bien para ambos.
El nuevo colaborador tuvo la oportunidad para razonar su convicción de que el presidente López Obrador ha hecho lo correcto en materia de seguridad, uno de los asuntos de mayor controversia. Hubo réplica cuidada y contrapuntos del conductor.
Así, gana el auditorio y también el programa, aunque no faltarán quien pudiera estar insatisfecho, incluso a quienes disgusta escuchar una postura contraria a la propia.
En otro asunto el mismo día. Son cada vez más los personajes de la noticia que deciden optar por el programa radiofónico de Gómez Leyva para presentar su caso, por su audiencia y por el manejo cuidadoso de Ciro y Manuel Feregrino a sus invitados.
Así ocurrió con el fiscal general Alejandro Gertz Manero, quien pasa por uno de sus momentos más controvertidos. Una espléndida entrevista en la que el funcionario explica su circunstancia y razona su querella personal ante una opinión pública prejuiciada por la divulgación de un diálogo telefónico obtenido mediante espionaje.
A partir de información parcial, la opinión pública suele construir percepciones distantes de la realidad. Es positivo, y ocurre con frecuencia en las entrevistas de Gómez Leyva que los afectados por este tipo de circunstancias puedan expresar su versión de los hechos.
En el caso del Fiscal son muchos quienes, al escucharle, cambiaron su punto de vista o ampliaron su conocimiento del tema.
Al día siguiente, como debe ser, Ciro leyó los argumentos de la contraparte, aclarando que los representantes legales tienen la puerta abierta para exponer el caso. Dos visiones irreconciliables y confrontadas a la vista de todos.