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Estados Unidos en el norte y en el sur

por Javier Treviño
10-05-2022

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Antier escribí aquí que Guatemala, Belice, El Salvador, Honduras y Cuba están en el primer círculo de la seguridad nacional de México. La visita del presidente AMLO a estos países no fue una gira internacional más. Fue un viaje al corazón de los principales desafíos de la seguridad nacional de nuestro país.

¿Y cuáles son esos retos? Yo creo que es una combinación de las actividades de la delincuencia organizada nacional y transnacional, la migración, así como la penetración de Rusia y China en la región. Los temas militares se vuelven cada vez más relevantes.

La revista Proceso publica esta semana que “expertos en asuntos cubanos y en temas militares coincidieron en que el hecho de que López Obrador haya viajado a Cuba con una comitiva que sólo incluyó al canciller Marcelo Ebrard y a los secretarios de Defensa, general Luis Cresencio Sandoval, y de Marina, almirante José Rafael Ojeda, revela el interés del presidente en promover vínculos más estrechos entre estos y sus pares cubanos para que compartan experiencias”.

¿Bienvenido de vuelta, señor presidente?

En marzo pasado, el general de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, Glen D. VanHerck, jefe del Comando de Defensa Aeroespacial de América del Norte y del Comando Norte de Estados Unidos, y la general del Ejército, Laura J. Richardson, jefa del Comando Sur de Estados Unidos, testificaron ante el Comité de Servicios Armados del Senado de su país.

¿Cuál fue el mensaje principal? Ambos generales dijeron que China y Rusia persisten en su intromisión en el hemisferio occidental. China y Rusia están buscando oportunidades para afectar las relaciones de Estados Unidos en el continente americano. “Rusia y China están difundiendo desinformación, sembrando activamente división y discordia interna con la intención de socavar los cimientos de nuestra nación, nuestra democracia y las democracias en todo el mundo”, dijo VanHerck.

“China y Rusia están expandiendo agresivamente su influencia en nuestro vecindario”, dijo Richardson. China continúa su marcha implacable para expandir la influencia económica, diplomática, tecnológica, informática y militar en América Latina y el Caribe, y desafía la influencia de Estados Unidos en toda la región.

En enero pasado, el viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Ryabkov, insinuó que Moscú está preparado para desplegar tropas y misiles en Cuba y Venezuela. Por su parte, las visitas que hicieron los presidentes de Brasil y Argentina al presidente ruso, Vladimir Putin, demostraron la posible ampliación de los lazos de Rusia en la región.

“En este hemisferio, las organizaciones criminales transnacionales operan casi sin oposición y abren un camino de corrupción y violencia que crea una brecha y permite que China y Rusia exploten estos países”, dijo la general Richardson.

“Debemos usar todas las palancas disponibles para fortalecer nuestras alianzas con las 28 democracias afines en este hemisferio. Debemos maximizar herramientas importantes como los programas de cooperación en seguridad para capacitar y equipar a nuestros socios militares, ejercicios multilaterales para construir la interoperabilidad”, dijo Richardson.

El Comando Sur de los Estados Unidos ve que el hemisferio occidental está bajo el asalto de una serie de desafíos transversales y transfronterizos que los amenazan. En su opinión, contrarrestar estas amenazas requiere una mayor atención, compromiso e inversiones de Estados Unidos para revertir las tendencias perturbadoras actuales. América Latina y el Caribe se enfrenta a la inseguridad y la inestabilidad exacerbadas por el COVID-19 y la crisis climática. La República Popular China continúa su marcha implacable para expandir su influencia económica, diplomática, tecnológica, informativa y militar. Es un desafío a la influencia de Estados Unidos en todas estas áreas.

Según los mandos militares de Estados Unidos, Rusia intensifica la inestabilidad a través de sus lazos con Venezuela, su atrincheramiento en Cuba y Nicaragua, y extensas operaciones de desinformación. Las organizaciones criminales transnacionales, que operan casi sin oposición, y abren un camino de corrupción y violencia que crean condiciones que permiten que la República Popular China y Rusia exploten, amenazan la seguridad ciudadana y socavan la confianza pública en las instituciones gubernamentales.

La visión estadounidenses es que estas amenazas, junto con Irán, la corrupción, la migración irregular y el cambio climático, abruman las frágiles instituciones estatales de la región, provocando disturbios y poblaciones cada vez más frustradas.

En el área de responsabilidad del Comando del Sur de Estados Unidos, 28 de los 31 países de América Latina y el Caribe son democracias que comparten valores como el Estado de Derecho, los derechos humanos y la igualdad de género. Los países que están al sur de México representan 740 mil millones de dólares en comercio anual con Estados Unidos, poseen el 60% del litio del mundo y el 31% del agua dulce del mundo. Tienen las mayores reservas de petróleo del mundo. Son el hogar de la gran selva amazónica.

“Sin embargo, las amenazas transfronterizas que enfrenta nuestro vecindario erosionan la paz y la seguridad, debilitan las instituciones democráticas frágiles, obstaculizan la prosperidad económica y crean cuñas para que los actores malignos amplíen su influencia en nuestro propio hemisferio” dijo la general Richardson.

Según los militares estadounidenses, “la República Popular China y sus empresas estatales reclutan y sobornan a funcionarios de todos los niveles para expandir su influencia económica, política y militar en toda la región. Invierten en infraestructura estratégica, tecnología y robo de propiedad intelectual, campañas de desinformación y propaganda, y actividad cibernética maliciosa, todo con el objetivo de expandir el acceso y la influencia a largo plazo en este hemisferio”.

A los militares estadounidenses les preocupa que 21 países de la región participen en One Belt One Road (OBOR) de la República Popular China, que proporciona préstamos para infraestructura clave como puertos, telecomunicaciones, carreteras y puentes, cultivos agrícolas y proyectos mineros. Estos proyectos le dan a China acceso a sectores sensibles e infraestructura crítica que amenazan la seguridad nacional y la privacidad de los datos.

Los militares estadounidenses argumentan que la diplomacia de las vacunas chinas contra el Covid-19 y el acceso a la tecnología 5G se han usado para presionar a países para que cambien el reconocimiento diplomático de Taiwán a la República Popular China. Las empresas de la República Popular China están cada vez más involucradas en el desarrollo de instalaciones y obras infraestructura cerca de pasos marítimos estratégicos, como el Canal de Panamá y el Estrecho de Magallanes.

En Argentina, la instalación de investigación espacial administrada por China en Neuquén podría rastrear y apuntar a los satélites estadounidenses. En El Salvador, un inversionista chino pretende expandir y operar el puerto de La Unión, un proyecto de 3 mil millones de dólares que abarca 4,400 kilómetros cuadrados, estratégicamente ubicado en la intersección de los territorios salvadoreño, hondureño y nicaragüense.

Cuando se suman todas las importaciones y exportaciones, China es la nación comercial número uno del planeta y tiene más reservas de moneda extranjera que cualquier otro país del mundo. China produce más del 90 por ciento del suministro mundial de elementos de tierras raras y ahora es el proveedor número uno de componentes que son críticos para el funcionamiento de cualquier sistema de defensa. El control de China sobre productos críticos y el terreno estratégico, su penetración en más de setenta países, y su compromiso con docenas de industrias clave de Estados Unidos son asuntos que amenazan los intereses y la seguridad nacional estadounidense.

China, Rusia y Estados Unidos son potencias con armas nucleares. Estados Unidos ampliará su presencia al sur de nuestra frontera para contener la expansión de China y Rusia en el continente americano. Reforzarán sus alianzas. Se organizarán para revertir esta agresión.

¿Habrá algo más complejo para el gobierno de México que administrar la relación de seguridad nacional con Estados Unidos al norte de nuestra frontera? Sí. Tendrán que manejar la relación de seguridad nacional con Estados Unidos al sur de nuestra frontera también.


Javier Treviño: @javier_trevino