Cuestionada reaparición
Después de casi una década en el ostracismo, el exgobernador Emilio González Márquez reaparece en la escena pública como delegado del Comité Ejecutivo del PAN en Quintana Roo. Esa designación ha levantado muchos comentarios al interior de los panistas jaliscienses, algunos cuestionando su designación y generando muchas dudas sobre sus implicaciones y consecuencias.
Es evidente que esa decisión que tomó el dirigente nacional del blanquiazul Marko Cortés se enmarca en los deseos del actual dirigente de buscar su reelección, por lo que poner a González Márquez en la citada responsabilidad, se interpreta como un amarre de Cortes con los panistas jaliscienses.
La realidad es que acérrimos feligreses a visitar la fuente minerva, nos señalan que no le avisaron a Marko Cortés qué, al interior del panismo, Emilio resta y no suma. Las razones se remontan a la alianza que estableció el entonces gobernador González Márquez con el candidato de Movimiento Ciudadano, Enrique Alfaro, para voltear todo el apoyo del gobierno estatal en apoyo a su candidatura, dejando colgado de la brocha al candidato oficial del PAN, Fernando Guzmán.
A pesar de que la traición de Emilio González al panismo en 2012 y su apoyo al alfarismo no les alcanzó para vencer al priista Jorge Aristóteles, sin embargo, la alianza entre ambos personajes perduró e importantes liderazgos panistas engrosaron las filas de MC y posteriormente, en 2018, las nóminas de los gobiernos emecistas. La realidad es que la cercanía de Emilio con Marko Cortés, levanta a importantes liderazgos panistas inconformes y desconcertados con esa decisión.
De las Marchas a los periódicos
Los que siguen en el centro del torbellino político son los “Leones Negros”. El nuevo frente de batalla es por las supuestas intenciones del gobierno estatal de reasignar 140 millones de pesos del presupuesto universitario para la construcción del Hospital Civil de Oriente. Se dice que la vieja amistad entre el diputado del PRI, Manuel Alfaro quien fue secretario particular de Aristóteles Sandoval, con el Rector Ricardo Villanueva, quien fue secretario de Administración del gobierno estatal, alertó a los líderes universitarios de las intenciones que se cocinan para el ajuste presupuestal en el Poder Legislativo.
Ante la compleja y tensa relación que la Universidad de Guadalajara tiene, tanto con el gobierno federal como con las autoridades estatales, los líderes del grupo universidad se lamentan no poder recurrir al tradicional uso de las marchas y movilizaciones para mostrar su musculo político y exigir el cumplimiento de sus demandas.
Ante la ausencia de alumnos en las aulas e incapacitados para presionar con marchas multitudinarias, la UDG se mantiene muy activa en los medios de comunicación con manifiestos e inserciones pagadas que evidentemente no tienen el mismo impacto que miles de jóvenes en las calles. Nos comentan que se evalúan medidas simbólicas, pero de mayor impacto mediático, aprovechando la disponibilidad de cuadros en la FEU y en las representaciones de profesores y de personal administrativo donde las autoridades universitarias tienen un absoluto control de estas.
Envalentonados
¿Será que los viejos políticos en retiro que diseñaron un sistema estatal de retiro para recibir jugosas, pero a la vez,insultantes pensiones que giran entre los cien y los doscientos mil pesos mensuales están dispuestos a enfrentar al gobierno estatal en su intento de limitar las llamadas pensiones VIP?
¿Tendrán las ganas de ventilar no solo en los tribunales sus derechos a dichos ingresos, sino exponer a la luz pública, en los medios de comunicación y, por lo tanto, ante miles de atribulados derechohabientes del Instituto de Pensiones que reciben raquíticas pensiones y carecen de medicinas, sus privilegiadas pensiones que les mantienen un alto nivel de vida y de derroches?
¿Será que esos afortunados exfuncionarios que durante su vida pública vivieron de los beneficios y lujos que otorgaban los altos puestos del poder político, estarán dispuestos a que el escrutinio público revise los alcances de sus gestiones, del sentido de sus decisiones y omisiones?
¿Será que los pensionados VIP del Instituto de Pensiones del Estado continuaran siendo una casta privilegiada, pero también representativa de una clase de funcionarios que confundió el poder de servir con el poder de servirse?
