Tras décadas estudiando la política, la historia y la sociedad de su país, el académico haitiano Robert Fatton asegura que este miércoles ocurrió uno de los hechos más inquietantes que han tenido lugar en una nación marcada por la pobreza y las tragedias, las dictaduras y las conjuras políticas, los desastres naturales y las plagas.
"Incluso para un país inestable como Haití, un magnicidio de este tipo es un hecho insólito y preocupante", dice Fatton en entrevista.
Y es que, en hechos aún no esclarecidos, el presidente del país, Jovenel Moïse, fue asesinado a tiros mientras dormía en su residencia de Puerto Príncipe.
Según dijo en un comunicado el primer ministro interino, Claude Joseph, un grupo de hombres armados, al parecer "hablando inglés y español" logró evadir la seguridad presidencial y colarse hasta donde dormía el mandatario junto a su esposa, que también fue herida de gravedad.
Se desconocen de momento las posibles motivaciones o autores detrás del atentado, aunque las autoridades informaron que cuatro sospechosos murieron y otros dos fueron capturados en un cruce a tiros con la policía.
"Cuando se analiza desde un punto de vista político, no es fácil pensar quién lo hizo o por qué. Ciertamente no sabemos quién se puede beneficiar de algo así. Es realmente uno de los hechos más intrigantes que han tenido lugar en la historia de Haití", dice Fatton, quien es profesor de Gobierno y Relaciones Internacionales en la Universidad de Virginia, EE.UU.
El también autor de Haiti's Predatory Republic: The Unending Transition to Democracy ("La República depredadora de Haití: la interminable transición a la democracia", 2002) cree que un hecho de este tipo -y la forma en la que se resuelva- puede tener consecuencias no solo para la empobrecida nación caribeña.
"El asesinato del presidente Moïse pone a Haití a la puerta del caos y, como ha pasado en otras ocasiones, esa inestabilidad política y social puede tener implicaciones para toda la región", dice.
"Otras situaciones como golpes de Estado o desastres naturales que han ocurrido a lo largo de los años no solo han llevado a consecuencias como oleadas de migrantes, sino que también han llevado a que muchos gobiernos o la propia ONU tengan que dar una respuesta", agrega.
A lo largo de su larga y convulsa historia republicana, los titulares que llegan de Haití generalmente vienen acompañados de malas noticias. Pero ¿qué referentes históricos hay de situaciones parecidas a la que ocurrió en la madrugada del miércoles?
El último asesinato de un presidente haitiano tuvo lugar en la década de 1950 y fue en el contexto de una revuelta popular, en el que las turbas se lanzaron contra el palacio de gobierno y lo mataron.
Pero un hecho como este, en el que al parecer un escuadrón de mercenarios logra violar la seguridad presidencial, colarse en la habitación del presidente y asesinarlo, es algo que no tiene precedentes.
Hemos tenidos dictaduras, golpes de Estado, presidentes depuestos… pero incluso en esos casos, entre lo peor que le ha pasado a los presidentes es que han sido enviados al extranjero.
Esto es algo totalmente nuevo en la política haitiana.