¿Son los videojuegos una evolución de los juguetes tradicionales o son algo totalmente nuevo? ¿Se puede conocer realmente a alguien a través de su identidad tras una pantalla? ¿Son los likes puntos de este tipo de juegos llevados a la vida real? Todas estas preguntas surgen y crecen conforme se amplía el mundo virtual. El concepto de lo lúdico se ha vuelto inherente a la vida y a nuestra forma de estar en sociedad. "Todo es un juego, medimos nuestras actividades cotidianas con aplicaciones: hacer ejercicio, desplazarnos, ser más productivos e incluso ligar...", declara Luca Carrubba, comisario de la exposición Homo Ludens.
La exposición inaugura el verano del CaixaForum de Madrid y lo hace de una manera que incita al entretenimiento. El visitante se convierte en jugador, jurado y avatar durante un viaje interactivo a través de diferentes salas que analizan el videojuego como factor antropológico. "No se trata de generar la mítica visión polarizada que los demoniza o los ensalza. No es solo mercado, es ciencia, tecnología, cultura y entretenimiento", explica el comisario. Y añade Carrubba: "Se trata de entender de donde vienen estas dinámicas que nos recuerdan quienes somos como especie".
Según los promotores de la muestra, que irá recorriendo diferentes centros de España, las nuevas tecnologías únicamente plasman el avance de las antiguas tradiciones. Por eso ponen a dialogar a la tradicional casa de muñecas con Los Sims, o a las incansables canicas junto a los juegos de Arcade. La realidad cada vez estrecha más su línea con la ficción, ya que incluso los deportes se han hecho virtuales (E-Sports). "Parte de la reflexión es si realmente somos libres respecto a los algoritmos", afirma Elisa Durán, directora de CaixaForum Madrid.