El Banco Central se hizo eco en el Informe de Política Monetaria (IPoM) de los mayores precios que se están percibiendo en el país. Y, contra todos los pronósticos -tal cual ocurrió en junio-, subió las proyecciones de inflación de corto plazo de manera importante por el fuerte dinamismo del consumo, la depreciación idiosincrática del peso, los mayores precios internacionales de los combustibles y una oferta global y local que aún no logra reponerse del todo.
En el escenario central, el reporte dado a conocer hoy consideró que la inflación culminará el año en 5.7% (4.4% en junio), manteniéndose en cifras por sobre 5% durante la primera mitad de 2022 debido también al alza del componente volátil de los precios de la energía y los alimentos. Estos niveles no se observaban en el país desde fines de 2014.
La medición subyacente, de la cual da cuenta el Índice de Precios al Consumidor (IPC) descontados los productos volátiles, también se revisó al alza respecto de junio, proyectándose que se ubicará en 4.7% hacia diciembre y que alcanzará su máximo hacia mediados del 2022, cuando su variación anual se acerque a un 5.5 por ciento.
Un cuadro que se condice con el aumento de 75 puntos base que decidió este martes el Consejo del ente emisor para llevar a cabo la tasa de política monetaria a 1.5 por ciento.
"La Importancia de mantener las expectativas de Inflación ancladas a la meta del Banco Central y evitar un deterioro adicional muy costoso para la economía es Evidente. Un Escenario en que ello no ocurriera requeriría de respuestas drásticas de la Política Monetaria. El Banco Central actuará en concordancia con su mandato de controlar la inflación, tarea que será menos costosa para la economía en la medida en que otros actores contribuyan a restaurar los equilibrios macroeconómicos que se han perdido durante la pandemia", planteó el IPoM.
Numerosas alertas de sobrecalentamiento
Además, el informe está marcado por las alertas que emitió el Banco Central ante los riesgos y evidentes de sobrecalentamiento de la economía, en virtud del histórico crecimiento que ha exhibido la actividad en lo más reciente y la masiva inyección de recursos a los bolsillos de los consumidores, vía subsidios estatales y retiros de fondos previsionales. "Es muy probable que nuevos retiros de ahorros previsionales, más aún la probabilidad de retirar el 100% de ellos, lleven a los distintos agentes a considerar que está ocurriendo un cambio estructural en la base de ahorro de la economía. Un cambio en esta dirección provocaría múltiples efectos negativos", alertaron los consejeros.