Irán e Israel han estado enfrentados desde hace décadas: cada uno considera al otro una gran amenaza para su seguridad nacional y regional.
Pero en los últimos años ambos lados han estado involucrados en un conflicto de baja intensidad que ha sido calificado de "guerra en la sombra".
Esta comenzó por tierra y por aire, pero en los episodios más recientes el escenario ha sido el mar: varias embarcaciones han sido atacadas en el golfo de Omán y sus alrededores.
En uno de los hechos más recientes, el 29 de julio, el MV Mercer Street, un petrolero de tamaño mediano, navegaba sin carga frente a la costa desde Dar Es Salaam, en Tanzania, hacia el puerto de reabastecimiento de combustible de los Emiratos Árabes Unidos, el de Fujairah, en el golfo de Omán.
El barco, de bandera liberiana y propiedad japonesa, estaba operado por una empresa de propiedad israelí, Zodiac Maritime.
Ese día fue alcanzado por un dron cargado de explosivos.
Dos personas murieron: un guardia de seguridad rumano y otro británico.
Después de emitir una llamada de radio de emergencia, el petrolero fue escoltado al puerto por dos buques de guerra de la Armada de EE.UU.
Reino Unido e Irán convocaron a sus diplomáticos tras el ataque. Y tanto los británicos como Estados Unidos e Israel culparon a Irán del ataque, que calificaron de "ilegal".
Irán, por su parte, desestimó las acusaciones como infundadas.