El primer gran festival internacional que se celebra en plena pandemia, durará diez días, hasta el 12 de septiembre y se realizará contra viento y marea a pesar de la reducción del número de invitados y de secciones paralelas. arranca con el filme "Lacci" del italiano Daniele Luchetti, una historia de infidelidad en una pareja napolitana, presentado fuera de concurso.
La singular edición, comparable a las celebradas antes de las dos guerras mundiales o durante las marchas de protestas de los años 60, contará con un estricto protocolo sanitario que incluye mascarillas, pruebas y distanciamiento ante el preocupante resurgir del brote de coronavirus en Italia. Pese a ello, el director del certamen, el crítico de cine Alberto Barbera, ha concebido una edición en la que se celebrará el cine y sus historias, con un elevado número de realizadoras mujeres, ocho, una cifra excepcional.
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"No contaremos con títulos espectaculares (...) algunos miembros de los equipos de filmación invitados no podrán viajar debido a las limitaciones a los viajes intercontinentales", admitió Barbera, que prometió recurrir a las nuevas tecnologías para la promoción de las películas. No se trata del primer festival veneciano que se realiza en momentos particulares. Algunos medios recordaron algunas ediciones "especiales", como la de 1946, tras el final de la Segunda Guerra Mundial, soñando la libertad y el renacer tras veinte años de fascismo.
En total 60 largometrajes han sido invitados a participar en cinco categorías distintas y 15 cortometrajes, así como una serie de televisión, indicaron los organizadores.