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La política exterior, entre cambios de señales y “el juego del calamar”

por Felipe León López
24-11-2021

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La agenda mediática y política de proyección en exterior del presidente Andrés Manuel López Obrador sigue avanzando y, contra lo que se creía un fracaso, el discurso en la Cumbre de Washington en que, sin duda, fue el mejor desde que Carlos Salinas de Gortari en pro de la integración económica de América del Norte. 

Con ello, AMLO calla la boca a quienes creían que encabezaría un “Brexit” o que apostaría a resucitar la Alianza Bolivariana de las Américas (ALBA), esa figura que se configuró a mediados de 2005 Ahora, cuando los gobiernos del sur de América miraron hacia el Medio Oriente, India, Rusia y China -excluyendo a México, por cierto.

Esta vez, en la Cumbre de “Los Tres amigos” ocurrió lo lógico, pues el gobierno mexicano sabe que depende en gran parte de la recuperación económica de los Estados Unidos y del T-MEC para evitar un colapso que explote al fracaso como el sello de esta administración. Claro, queda aún por ver si con este llamado a la integración económica tiene que sacrificar la contrarreforma eléctrica con modificaciones al proyecto original.


¡Oye, Obama, Hillary, Trump, Biden!

Si bien, no faltará quien afirme que este posicionamiento podría ser leído como una rectificación porque se da en el preámbulo de la Cumbre por la Democracia, que se celebrará el 9 y 10 de diciembre próximos, convocada por Joe Biden y a la que ha invitado a México y Argentina entre más de cien presidentes y primeros ministros, a excepción de Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia, El Salvador, Guatemala, Honduras y Haití.

No es así, el presidente mexicano trae armado un discurso pro integracionista con el norte y pro socialmente orientado desde al menos el 2010, con el fin impulsar el desarrollo del sur-sureste de nuestro país y contener la presión migratoria sobre la frontera sur a partir de un “Plan Marshall” para Centroamérica. El diagnóstico que viene desde la época de Enrique González Pedrero y las propuestas que su grupo político impulsó en el Congreso de la Unión fueron retomadas por Andrés Manuel López Obrador y es lo que tiene en mente.

El 23 de marzo de 2010, cuando todo mundo creía que Hillary Clinton podría ganar la presidencia de los Estados Unidos, López Obrador también se fue con la finta y envío una carta en la cual quedan plasmados los ejes discursivos de sus más recientes incursiones internacionales. Y cito: 

“Desde nuestra visión -escribió el ahora presidente mexicano— el problema de la inseguridad y de la violencia en nuestro país se ha originado por la corrupción y la impunidad imperantes, y porque desde hace 26 años no ha habido crecimiento económico y millones de jóvenes han sido marginados de la educación y no han tenido oportunidades de trabajo”. 

Y le reiteró a Hillary: “Usted seguramente sabe que todo esto comenzó cuando un grupo de alrededor de 30 traficantes de influencias y políticos corruptos, utilizando como parapeto a la llamada política económica neoliberal, se apoderó del Estado mexicano, así como de una buena parte de los bienes de la nación y del presupuesto público. Y esta política de pillaje que ha enriquecido a una minoría de manera exagerada y obscena —como no ha sucedido en ninguna otra parte del mundo— ha condenado al pueblo de México al destierro y a la sobrevivencia”.

Siguió: “La solución al flagelo de la delincuencia pasa, necesariamente, por rescatar al Estado, cambiar el actual modelo económico y garantizar mejores condiciones de vida y de trabajo a la población. No debe olvidarse que la paz y la tranquilidad son fruto de la justicia”.

Y remató Andrés Manuel en ese lejano 2010: “Por eso es indispensable que la relación entre México y Estados Unidos se finque en la cooperación para el desarrollo y no en el uso de medidas coercitivas”. 

A once años, el discurso no ha variado y es consecuente a lo que planteó a Donald Trump cuando le propuesto un “plan Marshall” para Centroamérica y ahora lo reiteró de nuevo ante Biden y Trudeau.  La incursión de López Obrador en el plano internacional tiene buenos alicientes para una “globalización socialmente responsable”, como lo ha sintetizó Rolando Cordera, pues

Pero más aún, si bien las publicitadas propuestas del presidente mexicano (Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el futuro) no aparecen en los documentos de compromisos como bien lo refiere la embajadora Martha Bárcena, sí hay una atención a tres temas centrales:

Uno, a establecer a la brevedad un pacto regional sobre migración, para contener el tráfico ilícito de personas y promover las visas para trabajadores temporales. Segundo, la Declaración de “Reconstruyendo Mejor Juntos, por una América del Norte segura y próspera”, que no es otra cosa que la continuidad a la política de “seguridad hemisférica” derivada del 11-S ( ASPAN, Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte). Y tercero, garantizar y fortalecer las cadenas de suministro, especialmente sobre los medicamentos contra la COVID-19, pero también como en lo relativo a la competitividad y protección al medio ambiente.

“El juego del calamar” de la sucesión presidencial en la disputa de la atención internacional 

La exitosa proyección que comienza a explotar el presidente López Obrador podría tener todo bajo control y que sea él quien lleve a cabo la narrativa de esta historia que no sabemos si logre superar los momentos estelares de la política exterior mexicana, incluso, si como hablan sus halagadores podría ir más allá de una postulación al Premio Nobel o a dirigir un organismo como la OEA (quizá retocada) o la misma ONU.

Todo bien, a excepción de que la política exterior está siendo secuestrada por la sucesión presidencial del 2024 y, a AMLO, sus “corcholatas” le quitan los reflectores y los debates que deberían ser sobre sus recientes incursiones fuera de México.

Sin duda, Marcelo Ebrard está jugando bien su estrategia de llevar paulatinamente al presidente al terreno que él quiere: la moderación, el centralismo ideológico y la proyección internacional para que, como está siendo leído, tenga que recibir reconocimiento de AMLO.

En la coyuntura de la reunión de los mandatarios del América del norte, un dato que pudo pasar desapercibido fue la detención de la esposa del principal líder del CJNG y el posterior levantón de dos elementos de la Marina. Mucho se especuló que fuera producto de un “regalo” para Biden previo a la Cumbre.

La situación de esta detención fue de alerta nacional y de alto riesgo, pues estaba latente que se reeditara un “culiacanazo”. Por ello, se puso en marcha una operación delicada para dar con su paradero, justificando los cateos a varios domicilios en la zona metropolitana de Guadalajara, particularmente Zapopan.  Así, el operativo ejerció presión y se evitó que fueran ejecutados los dos marinos, reivindicando el uso legítimo de la fuerza por parte del Estado (comentó un experto en seguridad).

Más allá de la precisión, quedaron las dudas de si se trataba de una actuación exclusiva de la Marina o si hubo, como en el pasado, una intervención de las agencias de inteligencia de EEUU para que se dieran con éxito tanto la detención de la femenina como la búsqueda y liberación de los uniformados. 

La revista Contralínea, en una investigación firmada por Nancy Flores, coincidentemente refiere que “agentes de Estados Unidos participan directamente en el operativo Código Negro que lanzó el gobierno de México en contra del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), señala el doctor Jorge Retana Yarto, exdirector de la Escuela de Inteligencia del CNI. Advierte que en próximos días arreciará la violencia desatada por el líder del grupo criminal, Nemesio Oseguera Cervantes, alias Mencho, tras la detención de su esposa. Información de los aparatos de inteligencia revela que el CJNG opera en 28 entidades del país, y su base se localiza en Jalisco y Nayarit (Bahía de Banderas). En más de la mitad de esos estados, se disputa el control territorial con el Cártel de Sinaloa”. ¿Esta ayuda incluyen los hechos colaterales a la Cumbre aquí referidos?

Por supuesto, los reflectores y las buenas notas para Ebrard la tienen los principales socios comerciales de México, y con el marco de esta cooperación internacional el Canciller despegó con efectividad, inteligencia y sigilo, tal cual lo aprendió de su maestro Camacho. 

Pero como la sucesión presidencial del 2024 está caminando anticipadamente, los buenos resultados y los mensajes de los giros de la política exterior se toparon con el road show internacional de Claudia Sheinbaum, quien en dos semanas tuvo incursiones en The Economist, la BBC y la revista Semanal del diario español El País.

Con menor impacto, la visita del “Canelo” Álvarez al Senado le permitió a Ricardo Monreal no quedarse en blanco. 

Es la disputa por “el dedazo”, simulado por el método “encuestas”, la cual se parece más al sanguinario y crudo juego del calamar, tan citado en la actual coyuntura. 


Twitter: @FelipeLeonLopez 

Contacto: feleon_2000@yahoo.com