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La última palabra

por Jorge A. Martínez Lugo
05-08-2021

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Así se quedó esta columna (¡!), sin poder hacer honor a su nombre, ante la profunda disertación filosófica de la nada.


“Quizá no se explique con palabras, sino con reformas y estilos de conducción que son de carácter estructural…” sostuvo el gobernador de Quintana Roo, en un inusual mensaje político dirigido a las críticas públicas que señalan la falta de cumplimiento del prometido cambio.

Mal asesorado está el ejecutivo en la conducción de la narrativa del cambio, fallido o no; hasta dónde, en cuáles aspectos sí y en cuáles no; pero con espíritu auto crítico que la sociedad sabría reconocer y agradecer. Pero no; los consultores oficiales prefieren nulificar la oportunidad a la palabra y profundizar la falta de diálogo con la sociedad.

Desde la alta tribuna del Congreso del Estado, para darle peso a su discurso, o no discurso, Carlos Joaquín respondió que el cambio quizá no se puede explicar con palabras, sino con reformas, aunque no mencionó, cuando menos una, las “reformas de carácter estructural”.

Es probable que las vaya a mencionar, eso se espera, en su informe del próximo mes, el quinto y penúltimo de su administración.


LAS DERROTAS QUE NO SON

También negó que las tres derrotas electorales que sufrió su alianza partidista en 2018, 2019 y 2021, sean una desaprobación a su gobierno, al no haber cumplido el cambio, ni intentado aplicar justicia ante el saqueo que ha sufrido Quintana Roo.

Su explicación fue porque “abrimos las puertas al juego democrático como jamás se había visto en nuestro estado; aunque para algunos se llamen derrotas”, sostuvo. ¿Se llamará abrir el juego democrático a la compra de conciencias legislativas?

Incluso fue más allá, al descalificar las críticas a su gobierno, al sostener: “Qué poca visión de la realidad”.


EL MANEJO DE LA DEUDA

Sobre la crítica al mal manejo de la deuda pública, los escribidores del palacio respondieron con un críptico: “hicimos lo que teníamos que hacer” ante la asfixiante deuda heredada.

Esperemos que en el V informe, ahora sí, explique a qué se refiere cuando lee: “hicimos lo que tuvimos que hacer”, porque en el IV informe sólo se dedicó un párrafo al tema tan delicado de la deuda, ignorando el derecho a saber que tiene la sociedad, consagrado en el artículo sexto de la Constitución. Un solo párrafo; se puede consultar.

Recordemos que la deuda recibida fue de 19 mil millones de pesos y hasta marzo pasado alcanzaba una cifra superior a los 21 mil millones, sin contar los 820 mdp de la nueva deuda, más los mega préstamos a la banca por el puente Nichupté. Sin considerar, además, que en este sexenio se alargaron los plazos de pago del año 2035 al 2051.

Estos datos son de la SHCP, confirmados por la Cámara de Diputados federal, instancias que dan más información que en el propio estado.

¿Transparencia?

“Yo estoy convencido del camino trazado” remató así el gobernador su mensaje político, a contra corriente de la percepción pública, esto, en la entrega de la Medalla al Mérito Indígena Maya “Cecilio Chi”, el pasado viernes 30 de junio.

Si el ejecutivo considera que sí hay cambio, que no se sigue endeudando al estado, que sí se hizo justicia ante el saqueo, que las derrotas electorales no son derrotas; pues entonces, tendrá que explicarlo con palabras, con datos duros y, sobre todo, con hechos, porque la sociedad sí está hablando con palabras y sí se está expresando en las urnas.

Carlos Joaquín y sus caros asesores, deben tener muy claro que percepción es realidad. Estimado lector, usted tiene la última palabra. 


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