México sigue adelante con su esfuerzo de forjar alianzas para vacunas contra COVID-19 en un amplio espectro ideológico de países, desde Francia hasta Cuba, pues una iniciativa en marcha de la Organización Mundial de la Salud (OMS) no podrá cubrir completamente sus necesidades.
México se unió a principios de junio al plan global COVAX de la OMS, que tiene como objetivo entregar al menos 2,000 millones de dosis de vacunas aprobadas para finales del próximo año y asegurar un “acceso equitativo”.
Pero Martha Delgado, subsecretaria mexicana de Asuntos Multilaterales, a quien el presidente Andrés Manuel López Obrador puso a cargo de la respuesta internacional de México, dijo que su parte en ese programa no será suficiente para obtener las aproximadamente 200 millones de dosis que los mexicanos necesitarán.
“No podemos depender”, dijo Delgado a Reuters. “COVAX nos va a dar acceso al 20% de vacunas. O sea, para vacunar al 20% de la población de México”, añadió. “Nosotros necesitamos una cantidad más grande de vacunación y los demás países también”, subrayó.
El jefe de Delgado, el canciller Marcelo Ebrard, ha estado informando regularmente a López Obrador sobre los avances en los esfuerzos para asegurar las vacunas para combatir la epidemia de coronavirus en México, dijo, un esfuerzo que abarca todas las principales superpotencias y sus aliados.
López Obrador ha provocado críticas en algunos sectores al forjar una estrecha alianza con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Pero Ebrard también ha cortejado asiduamente a China, que ha proporcionado a México equipos médicos como ventiladores y máscaras.
Y el presidente mexicano se ha ofrecido a probar personalmente la vacuna rusa a pesar del recelo de algunos científicos.
La cancillería subrayó, en una declaración enviada por correo electrónico, que debe evitarse el “nacionalismo de la vacuna” porque “nadie estará seguro hasta que todos estén seguros, y por esa razón, la negociación, la diplomacia y el multilateralismo desempeñan un papel crucial”. Delgado dijo que su agenda diaria está repleta de conversaciones con representantes del sector sanitario, embajadores, ministerios de asuntos exteriores, laboratorios y médicos.
“La manera como lo hemos decidido hacer es por la vía diplomática primero; es acceder a la información y a las farmacéuticas desde la cooperación con los países”, dijo Delgado.
“¿Por qué hacemos eso? Primero, porque los países mismos son los que van a darle acreditación a sus vacunas, a su seguridad, no las farmacéuticas por sí mismas”, añadió.
“Y, segundo, porque México tiene un prestigio diplomático que nos permite hacer una cooperación bilateral”, destacó, señalando una resolución de Naciones Unidas que patrocinó con éxito para garantizar acceso universal a medicamentos, vacunas y equipos médicos para hacer frente a COVID-19.
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La estrategia diplomática del gobierno de la segunda mayor economía de América Latina parece estar funcionando. México participará en los ensayos clínicos de la vacuna italiana GRAd-COV2 y ha aceptado que 2,000 voluntarios formen parte en los ensayos de la vacuna rusa “Sputnik V”. También ha llegado a un acuerdo para producir la vacuna de la británica AstraZeneca.
Además, está buscando formar parte en los ensayos Fase III de la francesa Sanofi, así como con Janssen, la unidad de Johnson & Johnson’s y las chinas CanSino Biologics Inc y Walvax Biotechnology Co Ltd. Todas han acordado garantizar el acceso a sus vacunas si tienen éxito.
También planea hablar con Cuba sobre su vacuna “Soberana 01” y con el gobierno alemán sobre la empresa de biotecnología CureVac, que está investigando cómo usar el ARN mensajero para tratar una serie de enfermedades, entre ellas COVID-19, la enfermedad causada por el nuevo coronavirus.
La diplomacia mexicana en materia de vacunas puede incluso haber ayudado a impulsar a Rusia a realizar un ensayo en la última etapa de su vacuna, en el que participarán más de 40,000 personas y será supervisado por un organismo de investigación extranjero.
La “Sputnik V”, nombrada así en homenaje al primer satélite del mundo lanzado por la desaparecida Unión Soviética, ha sido aclamada como segura y eficaz por autoridades y científicos rusos después de dos meses de ensayos en pequeña escala con seres humanos.
Pero expertos occidentales han advertido contra su uso hasta que se hayan realizado todas las pruebas aprobadas internacionalmente y se hayan adoptado medidas reglamentarias.
Los rusos querían donar vacunas para que los mexicanos las probaran como producto terminado, pero México primero quería más información sobre las pruebas de las Fase I y II, dijo Delgado.
Ahora Rusia ha aceptado llevar a cabo los ensayos de Fase III de la vacuna, algunos de ellos en México, dijo.
reuters