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Otra “nueva relación” con Estados Unidos

por Jorge Meléndez
12-06-2021

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Jorge Meléndez Preciado



            En cada ocasión que hay cambios en los gobiernos de Estados Unidos y México, respectivamente, y se encuentran sus máximas autoridades, se afirma que habrá “una nueva relación”, como si las anteriores no contaran. Pero ya sabemos que los políticos, en todo el mundo, pretenden imponerle un nuevo sello a lo que hacen, no obstante que varias cuestiones no puedan mejorarse en el poco tiempo que les toca administrar.

            El martes 7 de junio, luego del todavía discutido y controvertido proceso electoral mexicano, estuvo en nuestro país, Kamala Harris, la vicepresidenta yanqui. Ella que venía de Guatemala fue recibida con bombo y platillo, ya que es la imagen del todavía mayor imperio mundial, aunque China avance a pasos agigantados para quitarle ese título que ostentan hace décadas a los que viven pasando el Río Bravo.

            Las relaciones entre USA y México son las más importantes entre ambos países. Para nosotros es el casi 80 por ciento del comercio con otra nación y para ellos es el mayor, con el 14. 8 por ciento, arriba de Canadá y China, ambos países con una diferencia pequeña respecto a nosotros.

            Los temas que resaltaron entre Kamala y Andrés fueron: las reformas laborales, migración, reforzar las aduanas y los puertos para evitar que el fentanilo chino llegue por torrentes, los tráficos de drogas, personas y armas y el tratar de apoyar para identificar a los 82 mil desaparecidos mexicanos.

            Los comunicados oficiales fueron que hay armonía, deseos de colaborar ampliamente y continuar apoyando los esfuerzos económicos entre las dos naciones.

            Arturo Herrera, quien entonces era el secretario de Hacienda y va rumbo al Banco de México que vuela- ya se nombró a su reemplazo, el doctor Rogelio Ramírez de la O, ligado a la Cervecería Modelo y el grupo Monterrey-, había señalado que en septiembre se encontraría con la secretaria del Tesoro gringo, Janet Yellen, para ampliar los negocios de ambos países, y poner atención en los asuntos de comercio y telecomunicaciones.

            Antes del encuentro del 7 de junio, Joe Biden había pedido a su Congreso 861 millones de dólares para apoyo a Centroamérica, y que la migración no fuera tan intensa como hasta ahora, donde cerca de 4 mil niños no se encuentran con sus padres debido a la ominosa política de su antecesor, Donald Trump.

            Más todavía, Biden elaboró un proyecto para que se le otorgaran 10 mil millones de dólares para encarar el asunto de todos los refugiados que llegan al Imperio del norte.

            Lo que resultó claro en el encuentro de López Obrador y Kamala es que se le otorgarán 130 millones de dólares a nuestro país con el fin de ir desbrozando el asunto laboral, ya que con el nuevo T- MEC habrá necesidad de aumentar los salarios de obreros en México, certificar que los sindicatos sean auténticos y posibilitar que las elaboraciones de mercancías tengan las calidades requeridas.

            Ya hubo, anteriormente, un incidente en Silao, Guanajuato, en una armadora de la General Motors, la cual fue impugnada por trabajadores estadounidenses.

            Un tema bastante sensible es que en aduanas y puertos se ponga mayor atención, ya que por esos lugares pasa el conocido fentanilo, droga que está causando estragos increíbles entre la juventud estadounidense.

            En dicho terreno le tocará lidiar ahora a la Marina, institución muy ligada a las agencias que combaten las drogas dentro y fuera de nuestro vecino del norte. Y seguramente por eso, López Obrador dio esa encomienda a los hombres del mar.

            Una serie de agencias estarán “apoyando” al gobierno mexicano: el Departamento de Justicia, el de Defensa y hasta la repudiada por López Obrador USAID, por sus siglas en inglés, que es en realidad la: Agencia de Cooperación de Estados Unidos para el Desarrollos. Esta que ha financiado a Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) y otras que estuvieron organizando al PRI, PAN y PRD con el objeto de ganar las pasadas elecciones, lo que resultó un fracaso al decir de Gustavo Madero Y Javier Corral (Sin Embargo, 9 de junio).

            En fin, que nuestros no tan buenos vecinos quieren, como siempre, que bailemos al son que nos tocan y tengamos la democracia que ellos decidan, aunque sea tan imperfecta como la de ellos quienes tienen millones de pobres y la discriminación continúa como siempre.

            Ni modo. Con toda la injerencia actual no es tan brutal como en el caso de la Iniciativa Mérida y otros momentos, pero sí debemos nuevamente de poner nuestras barbas a remojar.