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¿Para quién habla el senador?

por Federico Berrueto
27-11-2025

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El polémico, cuestionado y cuestionable senador Gerardo Fernández Noroña se refirió en términos ofensivos a la alcaldesa de Uruapan, Michoacán, Grecia Quiroz, la cara más visible del Movimiento del Sombrero y esposa del finado Carlos Manzo, símbolo trágico del imperio de la extorsión y del abandono del gobierno federal. Muy al estilo de él, una agresión sin regateos, sin ambigüedades, una provocación al más elemental sentido de decencia. Ocurre el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, a manera de decir no hay otra causa que valga que la nuestra. El senador no está solo y habla para ellos y para quienes mandan, en Palacio o en Palenque, si es que allí está.  La presidenta le respondió pronto y acusa al senador de insensibilidad, cierto, pero hay que comprender por qué salió de esa manera.

El senador está en apuros. Es el personaje más repudiado, no dentro de Morena; es incómodo, pero funcional. Sus palabras develan la postura y el sentimiento de la cúpula respecto a Carlos Manzo, su sucesora política y el movimiento social contra la impunidad. Aunque parezca inverosímil, en la oposición hay quien se hace eco de la misma postura del senador, porque ven al Movimiento del Sombrero una amenaza a sus intereses electorales.

El objetivo es minar la fuerza moral del Movimiento y de su cara más representativa, Grecia Quiroz. La lucha de Morena es intransigente, lo anticipó el senador, van por todo y no están dispuestos a perder Michoacán. Es un sentimiento compartido de un proyecto político que define a la política como territorio de conquista. La derrota electoral no está en el horizonte y de todo se valen, incluso dar una lección inesperada de indecencia e insensatez políticas. No importa la urgencia de acabar con la impunidad, ni de atender siquiera las causas de la criminalidad, lo que vale es ganar la elección.

El senador Fernández Noroña representa un problema mayor porque pone al descubierto el doble estándar o la hipocresía que prevalece; no es un tema de él sino del conjunto. A su manera dice exactamente lo mismo que Viridiana Ríos: Carlos Manzo ultraderechista a semejanza de Nayib Bukele; en la misma línea, para Noroña, el publicista Epigmenio Ibarra y otros en medios, señalan que se trata de un proyecto fascista.

Preocupante no es que lo digan el senador, la intelectual o el publicista, sino lo que piense la presidenta. La tesis del régimen es que la indignación por la impunidad es en realidad una embestida de la ultraderecha. A eso se deben las desafortunadas expresiones de la presidenta Sheinbaum y las todavía peores de Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Gobernación, al insinuar, incluso, que están listas las carpetas de investigación para reprender a los líderes de los bloqueos carreteros de estos días, asunto que también tuvo que ser corregido por la presidenta.

El senador pretende ganar entre los suyos el terreno perdido. Es una figura incómoda, pero se le considera útil soldado para librar una batalla: salpicar de lodo al adversario, sin importar se trate de una víctima. Que no quede la menor duda que todo opositor es un fascista agazapado, un golpista que pretende acabar con el elevado proyecto de la autonombrada Cuarta Transformación; recuérdese que Fernández Noroña y los suyos son entusiastas defensores de los regímenes de Nicaragua, Venezuela y Cuba. En eso no están solos, tampoco en criminalizar la protesta social y, de paso, desacreditar a la disminuida y marginal oposición institucional.

El régimen entiende qué significa la rebelión social contra el mal gobierno. Es su génesis, pero ahora ellos encabezan lo que se repudia y no sólo eso, la impunidad ha llevado a un matrimonio entre quienes gobiernan y quienes asesinan y extorsionan. La movilización en Michoacán tiene base social, causa y objetivo, que es el voto de castigo al gobierno morenista.

Chihuahua se hace presente, aquellos tiempos cuando se gestaba la rebelión ciudadana para ganar el poder por la vía del voto y Manuel Bartlett, secretario de Gobernación, invocaba al fraude patriótico para legitimar el robo de votos, porque se trataba de una elevada misión en beneficio de la patria, así ven las cosas en Michoacán. El miedo a que la protesta se extienda, que de alguna manera está sucediendo con el paro de transportistas y el reclamo de agricultores, de allí que un mal resultado en 2027 sea el preludio de una derrota en 2030. A eso atienden las palabras de Fernández Noroña, su inmolación en defensa de la patria el día que se invoca en el mundo la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.