El largo y solitario viaje en el espacio que el Perseverance inició siete meses culminó exitosamente. La NASA logró así que la nave atravesara la delgada atmósfera de Marte y tocara tierra en el cráter Jezero.
El vehículo de seis ruedas descendió en el Planeta Rojo tras superar lo que los científicos de la agencia espacial NASA llaman “siete minutos de peligro”, tiempo en el que el Perseverance debió hacer su entrada, descenso y aterrizaje en suelo marciano.
El Perseverance tuvo que ingresar a la atmósfera de Marte a una velocidad de 20 mil km/h y reducir la velocidad en esos 7 minutos para descender con éxito, minutos en los que el rover se separó de la nave que lo transportó y desplegó un “paracaídas supersónico”.
“En el momento del aterrizaje, Marte estará a 204 millones de kilómetros de la Tierra”, recordó este jueves la agencia espacial en una entrada en el blog dedicado a esta misión.
Luego de hacer un trayecto de más de 468 millones de kilómetros desde que el 30 de julio del año pasado despegó del Centro Espacial Kennedy de Florida, y al cabo de 11 minutos y 22 segundos, tiempo que tardará en llegar a la Tierra la señal del Perseverance, la torre de control en el Laboratorio de Propulsión de la NASA (JPL) en California supo que el descenso fue exitoso.
Este rover, de 6 ruedas, cerca 3 metros de largo y mil 25 kilogramos, buscará en Marte señales de vida microbiana pasada y recolectará muestras selectas de rocas y sedimentos para su envío futuro a la Tierra.
La sonda realizó el aterrizaje en un área “peligrosa”: el cráter Jezero, que se cree fue el lecho de un lago y por tanto sería rico en microorganismos fósiles.
Carga dos micrófonos, que por primera vez captarán el sonido de Marte, y un esquelético helicóptero de cuatro patas y menos de 2 kilogramos conocido como Ingenuity Mars, que intentará llevar a cabo el primer vuelo controlado y con motor en otro planeta.
El Perseverance caracterizará la geología y el clima de Marte, y para ello transporta taladros que perforarán las piedras para extraer en unos tubos del tamaño de unos cigarros una treintena de muestras, de las que espera poder llevar varias de vuelta a la Tierra.
Asimismo, allanará el camino para la futura exploración humana más allá de la Luna.
De tener éxito el aterrizaje, será el quinto rover de la NASA en suelo marciano tras Pathfinder (1996), Spirit y Opportunity (2004) y Curiosity (2012), este último todavía en Marte aunque no se encontrará con el Perseverance.