El Rincón del Chamán
Jesús Sánchez
El panorama legislativo para los próximos meses se aprecia más nebuloso que
nunca.
Si el periodo extra de sesiones en el Congreso previsto para el 15 de enero
naufragó en buena parte por el recrudecimiento de la pandemia, la verdad es que
la prioridad de los partidos y los legisladores está en la grilla y las
campañas para las votaciones de julio.
Además de que a la 4T le resulta cada vez más difícil lograr el apoyo a alguna
de sus ocurrencias, digo, iniciativas, el periodo ordinario que inicia el 1 de
febrero y termina el 30 de abril podría transcurrir sin pena ni gloria, pero
sobre todo sin quórum.
Dicen que al menos 448 diputados federales tienen la intención de buscar la
reelección, ya no se diga de los senadores que andan tras las candidaturas a
las votaciones para gobernador. Por eso va a estar distraídos por un buen rato.
Bajo este panorama, las polémicas reformas pendientes, entre otras las que
incluyen los planes para dinamitar la autonomía de instituciones como el
Banxico, el INAI y el IFT, tienen un futuro incierto.
Si bien Ricardo Monreal consideró que por prudencia y sensatez se suspendió
el periodo extra en el Senado, anticipó que se evaluarán las condiciones pandémicas
para definir lo que ocurrirá en las siguientes semanas. Aunque no quiso entrar
en modo rojo-pánico, por lo pronto ya les pidió a los senadores no moverse de
sus estados.
Con semáforo rojo o sin éste, se espera que las campañas electorales
atizarán la polarización y la confrontación política, aún entre políticos del
mismo color partidista, porque nadie quiere dar su brazo a torcer. Todos andan
en campaña, gastando el dinero de nuestros impuestos, aunque no lo reconozcan.
Otro elemento para tomar en cuenta es que la burocracia federal seguirá
confinada haciendo home office hasta el 30 de abril de este año.
Agenda en veremos
En la agenda legislativa pendiente destacan algunos temas que tendrán que
esperar otros tiempos para su definición.
Por ejemplo, la propuesta de dinamitar órganos constitucionales autónomos
con el argumento de que resultan muy caros para el erario federal no es una
tarea tan fácil como quisiera la burbuja de la 4T, pues para acabar con la
autonomía del INAI y del IFT se requiere de reformas constitucionales y Ricardo
Monreal no garantiza los suficientes votos para hacerlo.
Se trata de un grave retroceso en la evolución de la administración pública
pues aunque no lo reconozca el gobierno, parece que lo que busca es evitar la
fiscalización y transparencia de sus actos, para refugiarse en la impunidad y
la opacidad. Eso parece.
El INE sigue bajo fuego -anticampaña
liderada entre otros por el doctor-doctor, el propagandista que es ajonjolí de
todos los moles- y enfrentará peores momentos si Morena pierde la mayoría en la
Cámara de Diputados.
La reforma al outsourcing seguirá
pendiente, aunque está visto que sirve como elemento de presión contra los
empresarios, pero ojo, lo que nunca aceptarán quienes se dedican a generar
empleos en este país es a que los traten como criminales.
La reforma a la Ley del Banco de México que impulsó Monreal, ha sido reprobada
por sectores especializados pues ven serios riesgos de que se institucionalice
el lavado de dinero en nuestro país y contamine las reservas internacionales
con dinero sucio. Por fortuna parece que fueron escuchadas las voces de alerta
de los integrantes del Consejo de Gobierno del Banco de México, de
especialistas del sector financiero y vaya, hasta del secretario de Hacienda,
Arturo Herrera, la descalificó.
Quedan pendientes las reformas a la Ley Orgánica de la Fiscalía General de
la República que va en carriles distintos a la politizada Unidad de
Inteligencia Financiera de la SHCP; la Ley orgánica para el uso recreativo de
la mariguana, lo que no preocupa a los que asisten al fumadero permanente instalado
en el Senado. De la Ley de Educación Superior lo que no se entiende es que a
instituciones modelo les siguen recortando el presupuesto y a las universidades
patito las impulsan para crear activistas.
Tampoco hay prisa para la ratificación de Esteban Moctezuma como embajador
de México en Estados Unidos pues esto ocurrirá después del 20 de enero, cuando
se formalice el cambio de poderes y la toma de posesión del presidente Joe
Biden, no antes.
El Congreso seguirá de aquí hasta el 1 de septiembre, en el hoyo negro de
la grilla nuestra de todos los días.
Columnómetro de Aquiles Baeza.
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2.- Imperdible la propuesta publicada en el sitio charge.org que apela a la
ética política de los interesados en participar en las elecciones de este año,
para que presenten un aval que los acredite física y psicológicamente aptos
para ocupar cargos de elección. Nada mal.