Uno de los personajes que más se aleja de los principios que supuestamente se basa la Cuarta Transformación propuesta por el actual gobierno de la República es Manuel Bartlett, uno de los funcionarios más relevantes y polémicos de la 4T.
Al igual que el fiscal General, Alejandro Gertz Manero, Manuel Bartlett se formó en la vieja guardia del priismo desde antes de la época de Luis Echeverría, uno de los que sometieron brutalmente los movimientos de izquierda, de los que reprimieron la libertad de pensamiento, de prensa y de los que hicieron del fraude electoral una forma de vida.
El lado oscuro de Manuel Bartlett
La historia de Manuel Bartlett es de esas que dan miedo. Hijo de Manuel Bartlett Bautista, un hombre del grupo de Carlos A. Madrazo y herederos del “garridismo” (Tomás Garrido Canabal, cacique y represor del sureste mexicano); Bartlett Bautista fue Ministro de la SCJN y gobernador de Tabasco, pero debido a su excesiva represión y actos autoritarios, fue destituido por el presidente Adolfo Ruiz Cortines y refugiado en Puebla.
La carrera política de Manuel Bartlett inició en 1962 como secretario auxiliar de Javier Rojo Gómez, un cacique de Hidalgo, secretario general de la CNC. Logró despegar políticamente cuando fue secretario particular del amigo y aliado de su padre, el tabasqueño Carlos A. Madrazo entonces presidente nacional del PRI.
En 1971 ocupó la dirección general de la secretaría de Gobernación, un cargo donde utilizaba la represión gubernamental, en otras palabras, en él recayó la responsabilidad de la represión y matanza ocurrida el “jueves de corpus”, conocido también como el “halconazo”.
A confesión de parte, relevo de pruebas
De hecho, al conmemorarse los 50 años de esa matanza, el subsecretario de Derechos Humanos de Gobernación, Alejandro Encinas, dijo no tener duda de que la represión fue ordenada por el presidente Echeverría como parte de la estrategia “para aniquilar toda expresión de inconformidad o disidencia política”.
Por su parte, la exsecretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero reconoció que desde la Segob se giraron las órdenes para reprimir este movimiento. Incluso AMLO recordó los acontecimientos y pidió perdón por la represión del 10 de junio de 1971, sin embargo, el compañero presidente “olvidó” mencionar que fue Manuel Bartlett quien instrumentó la orden de Echeverría.
En 1982, Manuel Bartlett fue coordinador de la campaña presidencial de Miguel de la Madrid y posteriormente, secretario de Gobernación y presidente de la Comisión Federal Electoral, desde donde fraguó innumerables fraudes electorales.
Uno de los más trascendentes fue el que operó en 1986, en la elección para gobernador de Chihuahua, para que el PRI que había postulado a Fernando Baeza -quien era apoyado por el delegado del PRI, otro polémico tabasqueño y aliado de Manuel Bartlett, Roberto Madrazo- obtuviera en triunfo frente al panista, Francisco Barrio.
Tal fue la repercusión, que un grupo de 20 intelectuales, escritores y artistas firmaron una carta dirigida al presidente donde denunciaban los hechos. La respuesta de Manuel Bartlett fue la de un autoritario, invitó a una comida a los firmantes, entre los que se encontraban, Carlos Monsiváis, José Luis Cuevas y Enrique Krauze y les dijo que el gobierno nunca entregaría el poder a los empresarios, a la Iglesia y a los Estados Unidos, dando a entender que fue un “fraude patriótico”.
¿Qué pensaría Monsiváis de que hoy Bartlett sea integrante destacado de la 4T?
En 1988, Manuel Bartlett instrumentó el mayor fraude electoral de la historia para dar el triunfo a Carlos Salinas de Gortari. La intimidación comenzó contra la “Corriente Democrática del PRI” que encabezaban Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, los asesinatos de Javier Obando y Ramón Gil y contra el candidato del PAN, Manuel Clouthier “Maquío” (padre de la actual secretaria de Economía Tatiana Clouthier), quien poco después de la elección falleció en un inexplicable accidente.
Como secretario de Gobernación y presidente de la comisión federal electoral, se registró la famosa “caída del sistema” organizada junto con el equipo de campaña de Salinas, Manuel Camacho Solís y Marcelo Ebrard.
En aquel tiempo que era titular de la Segob reprimió a la prensa, un ejemplo de ello fueron las amenazas en contra del subdirector de Proceso Vicente Leñero para evitar que publicara una historia sobre sus sobrinos que vivían en Venezuela, el mensajero fue Juan Antonio Zorrilla quien después de preguntar sobre sus hijas le dijo:
“No deje que les pase nada, señor Leñero… ¿Por qué no convence de una buena vez a Julio (Scherer) y terminamos con esto? Hágame ese favor”.
A Manuel Bartlett también se le relaciona con el asesinato del periodista Manuel Buendía, caso por el que fue encarcelado su colaborador José Antonio Zorrilla y del agente de la DEA, Enrique “Kiki” Camarena.
Después de todo y se dice que, como un pago, Carlos Salinas lo nombró secretario de Educación y luego gobernador de Puebla. Durante esa administración, junto con Raúl Salinas, José Madariaga y Jesús Gómez Portugal, pretendieron adueñarse del Hípico de la Ciudad de México.
A pesar de su pasado “incómodo” logró una alianza con AMLO, quien lo nombró director de la CFE. Poco tiempo después en un reportaje del periodista Carlos Loret en la plataforma digital LATINUS, se reveló la posesión de 23 inmuebles y una fortuna de más de 800 millones de pesos, además su hijo también se ha beneficiado por las asignaciones directas de la 4T.
Esta semana, qué podemos esperar cuando se envíe la iniciativa de reforma constitucional de la industria Eléctrica ¿Un negocio más de Manuel Bartlett?
Manuel Bartlett es un personaje de lo más representativo de la 4T que surgió de las épocas negras del priismo autoritario y represor y que ha sabido mantenerse a flote, disciplinarse y guardar silencio.