La discriminación laboral por edad no solo afecta a las personas mayores.
Cuando tenía 22 años, Priscilla Bonzi terminó su pasantía en una embajada en Washington D.C, Estados Unidos. Postuló a un trabajo y no lo consiguió, algo que podría parecer completamente normal.
Sin embargo, cuando preguntó por qué no la escogieron, la respuesta la descolocó: "Me dijeron que era demasiado joven para el empleo".
Ahora trabaja en Nueva York como asesora en una firma internacional de asuntos legales y esa mala experiencia quedó en el pasado. Sin embargo, muchos jóvenes experimentan situaciones similares.
Así le pasó a la estudiante universitaria de 19 años Nadirah Hussein en su trabajo en Londres.
"Cuando conversaba con mis colegas quedaban impactados cuando les decía mi edad y a veces le restaban importancia a las cosas que he logrado o me trataban como si tuviera menos años, pese a que soy una persona adulta".
"Sentía que me trataban como a una niña pequeña. Era difícil que me tomaran en serio", explica.
Esta práctica discriminatoria conocida como youngism (una palabra en inglés que se refiere a la discriminación laboral por ser joven) pareciera estar más extendida ahora que en el pasado, al menos en los países desarrollados.
Aunque es difícil tener la certeza de que no te han dado el trabajo porque te consideran demasiado joven, es posible inferirlo cuando no hay razones sólidas para sustentar el rechazo.
Elizabeth Houghton, consultora en desarrollo laboral, especializada en asesor a personas menores de 35 años en distintas partes del mundo, cuenta que muchos de sus clientes suelen poner el tema sobre la mesa.