El jueves, la superestrella de los Brooklyn Nets usó su teclado para hacer lo que mejor que hace además de jugar baloncesto: clap back. Esta vez, su provocador resultó ser el seis veces campeón de la NBA, Scottie Pippen.
En una amplia entrevista con GQ para promover su nuevo bourbon y sus memorias, Pippen comentó sobre la actuación de Durant en el Juego 7 de las semifinales de la Conferencia Este. En la remota posibilidad de que necesites un repaso de lo que sucedió esa fatídica noche, permíteme obsequiarte con un rápido resumen: KD realizó una clínica absoluta (48 puntos, 9 rebotes y 6 asistencias), estableciendo un récord de la NBA por la mayor cantidad de puntos en un Juego 7, pero accidentalmente pisó la línea durante lo que hubiera sido un triple ganador y los Nets perdieron en tiempo extra.
Ahora, antes de que Durant haya tenido tiempo suficiente para lamer sus heridas, Pippen salió a criticar su juego y, espéralo, explicar por qué no es LeBron James. ¿El razonamiento de Pippen? LeBron juega mejor al baloncesto en equipo.
"KD, por muy buena que fuera su ofensiva, resultó ser su peor enemigo porque no sabía cómo jugar baloncesto en equipo", dijo Pippen. "Siguió tratando de ir golpe por golpe".
La leyenda de los Chicago Bulls continuó afirmando que James no habría estado en esa posición y habría encontrado la manera de ganar. "¿Alguna vez has visto a LeBron hacer un tiro como ese? No va a hacer ese tiro. Va a ser más inteligente ... LeBron habría descubierto cómo vencerlos y no habría estado exhausto y es posible que no haya tomado ese último tiro. LeBron no es KD, y KD no es LeBron".
En lo que respecta a Durant, quien encabezará la lista de Tokio para el equipo de EE.UU. en su tercera aparición en los Juegos Olímpicos este verano, esas son palabras de pelea (entiéndase: induce a una disputa en las redes sociales).
El Jugador Más Valioso de 2014 se apresuró a llamar la atención sobre las manchas en el currículum de Pippen al cuestionar el infame incidente del "último tiro" y desacreditar la afirmación de Pippen de que él, y no Michael Jordan, era el verdadero líder de la dinastía de los Bulls.