Las vacaciones de Semana Santa están a la vuelta de la esquina y, desde ya, los preparativos se empiezan a gestar en la gran mayoría de hogares mexicanos cuyos habitantes aprovecharán la disminución de contagios de COVID-19 para viajar, darse un chapuzón o descansar en algún spa u hotel alejado del ajetreo cotidiano.

Si eres de los que cerrará llaves de gas, agua y puertas para salir a dar la vuelta del 10 al 16 de abril, debes tener en cuenta que, a tu regreso, deberás tomar algunas acciones, además de barrer el clásico polvo que se acumulará en tu ausencia. Una de ellas tiene que ver con el vital líquido que todo ser humano utiliza.

Llaves de agua y regadera, un depósito de microbios

En vacaciones, es común que las familias cierren la llave general del agua para que la clásica gotera deje se serlo por lo menos unos días.

Aunque no realices lo anterior, es importante que sepas que a tu regreso a casa las llaves del agua, incluidas las de la regadera, deben ser abiertas para que el vital líquido corra por lo menos unos segundos.

¿Por qué dejar correr el agua de las llaves antes de usarla?

Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) especifican que los microbios pueden multiplicarse en las tuberías cuando no corre el agua.