
Un año después de que la temporada del Super Bowl se vio empañada por la prohibición de importar aguacate mexicano, ha surgido otra amenaza al suministro: una queja ambiental de que los agricultores están destruyendo bosques que proporcionan un hábitat crucial para las mariposas monarca y otras criaturas.
La queja, interpuesta ante la Comisión para la Cooperación Ambiental, un organismo trilateral que forma parte del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá, acusa al gobierno mexicano de no hacer respetar sus propias leyes sobre deforestación, conservación del agua y uso de la tierra.
Las plantaciones de aguacate se cultivan aproximadamente a la misma altitud y con las mismas condiciones climáticas que los bosques de pinos y abetos en el estado de Michoacán, donde se concentran las mariposas que migran cada año.
Con frecuencia, los agricultores talan el bosque para plantar los aguacates que llegarán a los consumidores estadounidenses. Debido a que hibernan a mayor altitud, las mariposas no se ven afectadas directamente, pero los bosques que circundan sus reservas en las cimas de las montañas, sí.