Unas justas marcadas por la pandemia del covid-19, que obligó —por primera vez en la historia— a aplazar las olimpiadas por un año.
Como no podía ser de otra manera, estos Juegos Olímpicos especiales tuvieron una ceremonia fuera de lo común, con las gradas ocupadas apenas por algunos dignatarios extranjeros (como el presidente de Francia, Emmanuel Macron) y el emperador japonés, Naruhito.
La ceremonia, realizada el día de ayer, que duró casi cuatro horas, fue acorde a estos tiempos: sobria, respetuosa y llena de homenajes los que han enfrentado las mayores dificultades durante la pandemia.
El acto inaugural se realizó en el estadio olímpico de Tokio, escenario principal de los juegos de 1964 y remodelado para esta ocasión con la guía del arquitecto Kengo Kuma.