En 2020, Estados Unidos otorgó US$3.800 millones en ayudas a Israel como parte de un compromiso anual a largo plazo asumido bajo el gobierno de Barack Obama. Casi toda esta ayuda fue para asistencia militar.
El acuerdo firmado en 2016 por el entonces presidente Obama contempla un paquete total de US$38.000 millones en ayuda militar para la década 2017-2028.
Esto representa un aumento de alrededor del 6% (ajustado a la inflación) sobre el compromiso de gasto de la década anterior.
Además de esto, el año pasado Estados Unidos donó US$5 millones para reasentar migrantes en Israel. El país tiene la política de aceptar a judíos de otras partes del mundo como ciudadanos.
A lo largo de los años, el dinero de Estados Unidos ayudó a Israel a desarrollar uno de los ejércitos más avanzados del mundo, y los fondos le permiten comprar sofisticados equipos militares estadounidenses.
Por ejemplo, Israel adquirió 50 aviones de combate F-35, que pueden usarse para ataques con misiles. Hasta ahora se entregaron 27 aviones, con un costo de alrededor de US$100 millones cada uno.
El año pasado, Israel también compró ocho aviones KC-46A Boeing Pegasus por un estimado de US$2.400 millones. Estos son capaces de repostar aviones como el F-35 en el aire.
De los US$3.800 millones otorgados a Israel en 2020, US$500 millones fueron para defensa antimisiles, lo que incluyó inversiones en el Domo de Hierro israelí y otros sistemas que pueden interceptar cohetes entrantes.
Desde 2011, Estados Unidos contribuyó con un total de US$1.600 millones al sistema de defensa del Domo de Hierro.
Además, Israel gastó millones en la colaboración con Estados Unidos para el desarrollo de tecnología militar, como un sistema para detectar túneles subterráneos utilizados para infiltrarse en Israel.
El gobierno israelí invierte mucho en equipamiento y entrenamiento militar, y utiliza la ayuda para compensar el hecho de ser un país más pequeño que otras potencias regionales.