Según la organización Human Rights Watch, tanto el Estado de derecho cómo la democracia están sufriendo una dramática erosión. La separación de poderes está en peligro.
Lo que importa es la visión del presidente [Recep Tayyip Erdogan]. Los fiscales no sólo aplican lo que ha dicho el presidente con un intervalo de apenas unos días, además se convierten en sus promotores. Los ciudadanos están preocupados porque cualquiera puede ir a la cárcel por cualquier cosa", explica Marc Pierini, analista político de Carnegie Europa.
El control del ejecutivo sobre el poder judicial ha llevado a que los tribunales acepten sistemáticamente acusaciones falsas, condenando a personas sin pruebas convincentes. Y entre estas personas se cuentan periodistas, políticos de la oposición y defensores de los derechos humanos.