Al menos 120 personas han muerto y más de 1.000 permanecían desaparecidas la tarde de este viernes como consecuencia de las graves inundaciones que causan estragos en Alemania y Bélgica.
Pequeñas calles, grandes avenidas y unos cuantos riachuelos se han convertido en fortísimos torrentes que han arrastrado árboles, casas y automóviles en la región.
Una de las poblaciones más afectadas es Schuld, un pequeño pueblo que ha quedado casi completamente destruido.
Ubicado en el noroeste del Ahrweiler y a unos 50km de la frontera con Bélgica, Schuld cuenta con alrededor de 700 habitantes, muchos de los cuales no han podido ser localizados.
Sin embargo, según la prensa local, unas 50 personas lograron ser evacuadas con la ayuda de helicópteros.