RAMÓN ZURITA SAHAGÚN
Ser gobernador de la entidad natal o en la que viven es uno de los propósitos fundamentales de los entes políticos, por lo que buscan la nominación una, dos o hasta tres veces, para conseguir su meta.
Hay quienes lucha toda la vida, sin consolidar dicho proyecto. Casos como Augusto Gómez Villanueva o Gustavo Carvajal que fueron secretarios de estado y legisladores varias veces, sin lograr el gobierno de sus estados quedan como ejemplo, mientras que otros se insertaron en la política alcanzando su objetivo de forma rápida y sin grandes obstáculos.
Son muchos los que lucharon durante años para conseguir el gobierno de su estado y al tomar posesión, simplemente, se olvidaron de todo, para ejercer gobiernos autoritarios, abusivos y deshonestos, tirando por la borda su paso por la actividad política.
Algunos fueron esperados por la población largos años, por lo que al contender les dieron el respaldo suficiente para ganar en las urnas y decepcionar rápidamente a sus gobernados, los que se sintieron traicionados.
La insistencia por gobernar a su entidad solamente se vio reflejada en su voracidad por los dineros del pueblo y por la concentración de los contratos de obra pública y de insumos que repartieron entre sus familiares.
Durante mucho tiempo se consideró que alcanzar el gobierno estatal era la consumación de una bien trabajada carrera política, por lo que no había empacho entre los miembros del gabinete, senadores y diputados, dejar ese cargo, para competir por los blasones de gobernador.
Al no alcanzar el siguiente escalón, la candidatura presidencial, los ex gobernadores buscaban participar nuevamente como legisladores y con ello poner fin a sus carreras políticas, algunas de ellas muy amplias y otras más breves.
En los comicios del 6 de junio próximo, considerados los más nutridos en la historia electoral de México, por el número de posiciones en disputa y por la mayor concentración de ciudadanos, varios ex gobernadores alzaron la mano para competir nuevamente, aunque en esta ocasión lo harán en la disputa de una presidencia municipal.
Varios de ellos recibieron el aval de un partido distinto al que los llevó a los gobiernos estatales, en un esfuerzo por mostrar que el pueblo los respalda por el buen gobierno ejecutado, aunque esto solamente se encuentra en la imaginación de cada uno de ellos.
Tres de esos ex gobernantes ya fueron avalados por los respectivos partidos que habrán de representar y otros se encuentran a la espera de ello.
Manuel Andrade Díaz, Centro (Villahermosa); Sergio Estrada Cajigal, Cuernavaca y Luis Armando Reynoso, Aguascalientes. Son postulados ahora por PRD, el primero y Fuerza por México los otros dos y no parten como favoritos de las encuestas.
Andrade no fue un mal gobernador de Tabasco, comparado con otros que lo antecedieron o siguieron, aunque de estrada Cajigal y Reynoso Femat no se puede decir lo mismo. El morelense fue criticado por sus abusos y sus romances que hizo públicos, mientras que el aguascalentense fue denunciado por desvío de recursos y hasta condenado a dos años de prisión por peculado.
Sus resultados electorales dependerán de la memoria de los ciudadanos, los que evaluarán si les dan la confianza nuevamente o los repudian con un voto contrario en las urnas.
Otros ex gobernadores recurren a la comodidad de una curul plurinominal, por lo que no tienen que recibir el beneplácito en las urnas y esperarán, tranquilamente a los resultados de su partido. Alejandro Moreno Cárdenas, Rubén Moreira Valdez y Francisco Ramírez Acuña, ex gobernadores de Campeche, Coahuila y Jalisco, van por esa cómoda vía.
Otros como Andrés Granier Melo, Tabasco, espera la ratificación del PRI para ser candidato a la alcaldía de Centro (Villahermosa), mientras que Carlos Lozano logró para su esposa (Blanca Rivero Río) la candidatura del PRI a la alcaldía de Aguascalientes.
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Gabriela Sodi Miranda es una de las cartas fuertes que presenta la oposición en la CDMX. La afamada pintora competirá por el distrito XII federal de la CDMX, con el membrete del PRD y apoyada en la alianza conformada con el PRI y PAN. Seguramente conseguirá la victoria en una zona competida de la alcaldía Cuauhtémoc.
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La competencia por las alcaldías de la CDMX será sumamente estrecha entre MORENA y sus adversarios, especialmente luego de que las encuestas no dejaron satisfechos a los aspirantes que no lograron colocarse. La molestia al interior del partido es sumamente notoria.
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