Desde su llegada a México, hacia 2009, Federico Mastrogiovanni (Roma, Italia, 1979) se enfrentó con el fenómeno de la migración: más allá de ser un tema para su trabajo periodístico, se encontró con la confirmación de que el periodista, en cuanto debe buscar una esquina para contar las historias, siempre termina por ser un extranjero, un migrante hasta de su propia realidad.
Con esa mirada se construyó el relato de Aquí se acaba la patria (FCE, 2021), en el cual propone una visión multidimensional tanto de las historias, como de los personajes, que están involucrados en un movimiento que siempre es de sur a norte, cuenta el escritor y periodista. Algunos de ellos no son retratados, porque no son necesariamente dramáticos sobre la experiencia de la migración.
“Hablo de la aventura, de los pequeños acontecimientos cotidianos, de las miserias humanas… de las contradicciones, de las ambigüedades que conforman esta complejidad. Si nosotros lo reducimos al drama y a la tragedia, que vende mucho, estaríamos siendo injustos con la realidad”.
No se trata de ocultar los sucesos, explica Mastrogiovanni, sino de narrar, de la mejor manera posible, una realidad que termina siendo “horrible: no se trataba de sustituir una cosa por otra, sino de aumentar la cantidad de detalles y de elementos para construir un cuadro que fuera más completo, a mí manera de ver”.
Ello, bajo el convencimiento de que el periodista se tiene que confrontar con la otredad todo el tiempo y, en muchos casos, con la tragedia, como sucede en Aquí acaba la patria. El periodista es un extranjero: siempre tiene esa mirada, aun cuando esté relatando su propia realidad.