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"Francisco Toledo: sobre beisbol"

por Redacción
20-06-2022

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Las 70 piezas nunca antes reunidas que integran la muestra Francisco Toledo: Sobre beisbol, que se presenta en la sala B de exposiciones temporales en el Museo Diablos del estadio Alfredo Harp Helú, son, sobre todo, producto de la entrañable amistad que unió al artista con la familia del presidente del consejo de administración del equipo Diablos Rojos del México.



Así lo explica quien fue una de las principales cómplices de Toledo en un sinfín de proyectos artísticos y sociales, María Isabel Grañén Porrúa. “El maestro nos va a hacer falta siempre; no hay día que no lo extrañe, pero está presente en su obra, y es un privilegio que la podamos compartir con el público, como a él le hubiera gustado”, dijo en entrevista con La Jornada, quien fuera directora del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO) y del Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo, instituciones creadas por el pintor en 1988.



La doctora en historia del arte recordó que en todas las charlas entre su esposo Alfredo Harp y Toledo el tema recurrente era el beisbol, “se acordaban siempre de peloteros legendarios, pues les tocó ver jugar a muchos grandes beisbolistas de color que venían de Cuba, porque en Estados Unido no dejaban participar a los negros en las Grandes Ligas; entonces, México los recibió. Fue una época emocionante que Alfredo y Francisco tuvieron oportunidad de vivir.



“Por eso la presencia negra en su obra es muy obsesiva, con una admiración enorme, por ejemplo hacia la manera en la que caminaban: sus personajes van como bailando, tienen un ritmo muy especial al tocar la bola; son muy fuertes.



“Toledo nació y creció en una región donde son muy beisboleros, por eso entendía ese deporte y se fijaba en cosas sutiles, como la tierra que brinca cuando se barren, el instante del atrapadón de la pelota, los movimientos que son como una danza, y eso es arte: poner la vida en cada momento del juego. Le gustaban los catchers, la careta, los arreos, los cascos, la posición, también el pitcher panzón. Es otra mirada.”



Grañén detalla que entre Toledo y su familia siempre hubo una complicidad para desarrollar proyectos en beneficio de la sociedad o para mejorar el entorno: “Trabajé muchos años con él; fue un maestro en mi vida. Gran parte de lo que hacemos ahora en la Fundación Alfredo Harp Helú en Oaxaca son cosas que admiraba en él”.



La actual directora de la Biblioteca Francisco de Burgoa, de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, explicó que la barda perimetral del estadio de béisbol Alfredo Harp Helú es la última obra monumental realizada por Francisco Toledo (1940-2019).



Se trata de un grabado sobre acero con terminado oxidado de 75 metros de largo por 3.05 de ancho que cada día sorprende a propios y a extraños porque está cambiando de color, tal como lo previó su creador. Cada día se torna más rojizo.


Con información de la jornada.